Rajoy y los suyos han llegado a la conclusión de que tienen un problema de comunicación. No es que estén haciendo las cosas mal, sino que no las saben explicar, piensan. El copago sanitario, bien explicado, entusiasmaría a los pensionistas. Por esa misma lógica inversa, con una buena didáctica, la reforma laboral sería celebrada por los asalariados que ven ya sus puestos de trabajo amenazados.

Por eso planean desembarcar en TVE como un elefante en una cacharrería, para poblarla de Urdacis y Curris Valenzuelas. ZP se equivocó en muchas cosas, pero creo que su TVE fue modélica en no pocas, el necesitado contrapeso frente a la inevitable y acelerada chabacanización de las cadenas privadas, lanzando además producciones de calidad a las que el público respondió bien.

El New York Times aseguraba en una editorial que Rajoy propone "malas medidas", pero el New York Times debe ser un tonto que ve el videoblog de Iñaki Gabilondo. Cuando TVE esté rajoyzada ya el PP le regalará una conexión vía satélite.

Por cierto, felicidades a Carla Antonelli y todos los que el sábado protagonizaron una besada junto a la catedral de Alcalá. Frente a la majadería, cariño.