M uy mal deben ir las cosas en el ala este del Palacio de la Moncloa si hasta quienes otrora se colocaron el marchamo de rectores en los asuntos económicos, de cicerones de grandes empresarios, denostan ahora la mano del pupilo. Porque claro, una cosa, o dos, son las fotos y otra es el bolsillo. No le ha gustado nada a Emilio Botín que el Gobierno de Zapatero resucite ahora el impuesto sobre el patrimonio para destinarlo a crear empleo. "Lo he dicho una vez, y lo repito. Me parece que está muy mal que se vuelva a poner", dijo ayer el banquero malencarado durante la presentación en Santander del futuro Centro de Arte Botín. Una instalación que le costará a la Fundación Marcelino Botín 62 millones de euros. Y es que muchos palos se ha llevado ya el marqués consorte de O'Shea con el fisco. A mediados del año pasado él, su hermano, hijos y sobrinos tuvieron ya que pagar 200 millones para regularizar una herencia 'aparecida' en Suiza 17 años después del fallecimiento, está pendiente de la sanción millonaria que la acarreará el 'olvido' y ahora ZP le sale con esto. Con más de 10 millones de patrimonio deberá ingresar a Hacienda 112.843 euros más en su declaración. Y claro, hay Botín y botines.