La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

LA SUERTE DE BESAR

En chanclas y a lo loco

Sé poco de fútbol. Me han explicado infinidad de veces qué es un fuera de juego y, aunque aparente entenderlo, me quedo igual y con la misma cara de lela. Del fútbol, me interesa la teatralización de sus jugadores. Ver a uno tirarse al suelo y retorcerse sobre el césped sin venir a cuento u observarle hacer muecas de un dolor equiparable a que te arranquen las uñas. Son como niños y, si no les hacen caso, se levantan y continúan dándole al balón. Me entretiene ver cómo el delantero chulito de turno hace aspavientos y cuestiona la decisión de un árbitro impertérrito. Cómo saca pecho y le reta cual gallito en celo. En el fondo, anhelo que el colegiado le dé un guantazo, pero me conformo con la exhibición de una tarjeta que hace rugir a medio campo y aplaudir al otro. Leo Messi quiso dejar el Barça, el club que le vio crecer y que le ha dado tanto, y decidió hacerlo mediante burofax. En cuanto me enteré, recordé a un amigo del colegio confesándome que su secreta ilusión era cortar con una novia que le había dado mala vida en la cola de un restaurante de comida rápida. Por la humillación del gesto. Que te dejen a través de burofax no es muy diferente a que lo hagan mientras sostienes una bandeja de plástico con una hamburguesa con doble de queso. El desapego y el desprecio son parecidos, la diferencia es sólo económica. Y como el dinero importa, y mucho, Leo Messi se ha visto obligado a quedarse en su club. Así se lo comunicó al periodista Rubén Uría durante una entrevista en la que vistió una camiseta, un pantalón corto y unas chanclas. Solo Messi y unos pocos más pueden hablar de su futuro, y de 700 millones de euros, llevando unas chancletas de playa. Que Dios le conserve esa pachorra y ese pasotismo y, ya de paso, que me los contagie un poco a mí.

Compartir el artículo

stats