S e acabó el debate. La culpa no es de los recortes en Educación ni de un sistema que en el caso de Canarias mantiene al archipiélago a la cola en prácticamente todos los indicadores. Puede que un día los niños y jóvenes canarios se vuelvan socráticos y proclamen aquello de "sólo sé que no sé nada". Aunque por supuesto no sabrán quién fue Sócrates, aunque alguno quizás lo asocie si acaso al que fuera capitán de la selección brasileña de fútbol. Pero da igual, porque nada tiene que ver con este desastre que la educación pública haya sido vapuleada durante décadas ni que los chinijos tengan que aprender lo que puedan en clases masificadas y, como se ha visto en alguna ocasión en Canarias, en aulas prefabricadas, en contenedores como los que se ven alrededor de las obras, tal vez como metáfora de que los futuros alumnos tan sólo estarían capacitados para empuñar una paleta (que no es poco ni indigno, dicho sea de paso) si no fuera porque la construcción está en extinción, como los sebadales o el guirre.