La machacona maquinaria publicitaria del sistema nos tiene acostumbrados al crecimiento como eje económico sustancial. Una progresión lineal e ilimitada en un planeta finito, es, de facto, una secuencia destructiva e irracional. Frente a ese modelo, hay otros, que se silencian desde los poderes y que, sin embargo, se corresponden más con la naturaleza posible y equilibrada entre el hombre y los recursos naturales. Un camino alternativo lo constituye, como apunta Carlo Taibo, profesor de Ciencias Políticas de la UAM, la clausura de algunos sectores, como la industria del automóvil, la construcción, la militar y la publicidad.

La tesis parte de la necesaria catarsis en la sociedad actual, del predominio de la vida social sobre la primacía de la producción, el consumo y la competitividad; el ocio creativo frente al vinculado al dinero; el reparto del trabajo; el establecimiento de una renta básica a la ciudadanía que permita hacer frente a los problemas que puedan derivarse de la aplicación del nuevo modelo. En definitiva, se trata de la recuperación de valores anulados, rescatando a un individuo sumiso en el capitalismo salvaje, que ha desmantelado el estado de bienestar y aniquilado la biodiversidad, hacia una nueva era. El mito del desarrollo ilimitado se fundamenta en la creencia de unos recursos naturales eternos y el resultado es la deforestación, la desertización, el calentamiento del planeta, la lluvia ácida y la situación de injusticia y de pobreza en el mundo. El sistema, como norma, como fundamento, es agresivo, y despiadado con el individuo que ponga en peligro su existencia. Es necesaria la "Revolución Ecológica", que reclama Raúl de la Rosa en su libro del mismo título. Según el autor, la contaminación del planeta, la de nuestros cuerpos y mentes, es consecuencia de lo que consumimos. La civilización actual se muestra igual que un cáncer, pues trata de destruir al organismo que la sustenta y da vida, como es el propio planeta, y proviene del consumo desaforado y equivocado, generado por la presión de una información manipulada por los intereses de una oligarquía financiera.