Uno, que no entiende de economía, no comprende cómo los partidos y los agentes sociales andan a la greña con lo de las pensiones. Con lo bien que lo explicó Rubalcaba: el abuelo de Pepe Blanco tuvo una descendencia larga y una jubilación corta, mientras que Pepe es hijo único y su padre está teniendo una jubilación larga. Y ya se sabe que los padres jubilados viven a costa de los hijos que trabajan.

¡Alto ahí!, oigo decir. ¿No proceden las jubilaciones de las cotizaciones? Se lo pregunto a mi vecino que trabaja en un banco, y me cuenta que sí y que no. Que por la cotización se calcula la jubilación, pero que los pagos de hoy proceden únicamente de los cobros de hoy. "¿Qué creías, que era como un gran plan de pensiones público? Pues no. Dentro de veinte años, tu jubilación va a salir de los que entonces tengan trabajo y coticen".

Busco previsiones para dentro de veinte años, y el INE me dice que en 2029 los mayores de 65 años seremos un 37% de la población, y los que estén en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) serán el 39%. Suponiendo que trabajaran todos, saldría que cada trabajador debería alimentar, vestir y cobijar a un jubilado (y a más de medio niño o adolescente). Eso no se sostiene. Y menos aún con la productividad casi congelada y con la gente entrando a trabajar a los veinte y pico.

Uno, que no entiende de economía, deduce que una de cuatro: o nos ponemos a hacer niños (pero ya mismo, y muchos), o alargamos la vida laboral (por detrás y por delante, desde luego), o nos volvemos tan productivos que cada puesto de trabajo permita vivir a tres o cuatro personas, o dentro de veinte años las pensiones van a ser de pura miseria, y encima los impuestos no van a poder pagar la sanidad de los ancianos (la mía, por ejemplo).

Lo que no sirve para nada es negar la evidencia y hacer como si lo de retrasar la jubilación fuera tan solo una ocurrencia maléfica de un gobierno mefistofélico. De lo que cabe acusar a este gobierno es de haber reaccionado tarde y mal, y solo a impulsos del mercado de la deuda. Y de lo que cabe acusar a partidos, sindicatos y patronales es de hacer como si todo esto no fuera con ellos. Va con todos, con los que trabajamos, con los jubilados y con los niños de primaria.

Por si acaso, voy a ir alimentado mi plan de pensiones. Si el banco no quiebra y la inflación no se desboca, quizás me va a dar para el cine. Claro que dentro de veinte años tal vez no haya cines.