Todo es posible en política, una actividad en la que las despedidas son siempre hasta luegos y los ceses de la convivencia son temporales. Ahora vuelven a la primera línea de los populares dos viejas glorias que permanecían extramuros del partido que lidera Soria: José Miguel Bravo de Laguna y Juan José Cardona.

La forma en la que Australia Navarro se hizo con la presidencia del PP grancanario fue lamentable, una cacicada en toda regla, que dejó anécdotas suficientes para que Arniches arme un sainete. Con semejantes antecedentes, todo hacía prever lo peor en su mandato.

Y sin embargo, con Navarro el PP grancanario consiguió lo insospechado: restañar viejas heridas y recuperar a gente que aún puede ser válida. Lo que los cursis llaman integrar distintas sensibilidades, que no es más que tender la mano al que piensa diferente o un poco diferente.

No sé como le irá al PP canario en las elecciones, pero al menos ha conseguido matizar esa imagen de logia testaruda que ya iba siendo marca de la casa. José Manuel Soria, siempre embarcado en mil trifulcas, ha venido dejando muchos damnificados en la cuneta. Buena noticia es que les vuelvan a hacer sitio en el partido.