Este aragonés ganó unas oposiciones a funcionarios de prisiones y su destino fue La Palma. Allí recaló en la lectura y en la escritura. Licenciado en Filosofía y Letras por la universidad de Zaragoza, poeta de vocación tardía, comienza a escribir en 1998. Romances del alma, su primer libro, fue elogiado por el suplemento cultural de ABC. El segundo, Concierto de las horas pensativas, fue presentado en el Ateneo de Madrid. Funde la razón, el ensueño y el delirio -realismo, surrealismo y creacionismo- en un crisol que denomina Integracionismo. Desde entonces, publica con regularidad y obtiene premios en el extranjero: el Platero de la Organización de Naciones Unidas en 2006, el de la Association Internacionale La Porte des Poètes, de París, el de la editorial Novelarte en Argentina, el Latin Heritage Foundation de EE UU, el del Instituto Cultural Latinoamericano de Buenos Aires, el del Centro de Escritores de Argentina. Integrante de varias antologías, participó en un recital en el Teatro Chico dentro de los actos de la última Bajada, con su gran amigo Manuel González Plata, Bejeque, y Rosario Valcárcel. La poesía de Marín tiene varios registros: el simbólico, el metafísico y también el neorromántico con la lejana huella de poetas como Bécquer, así lo vemos en su interesante libro Subconsciente: Por fin llegaron las golondrinas / Todas juntas cogidas de la mano / colgadas sobre el reloj de la vida / La torre las recibió / con una estruendosa sonrisa / La cigüeña aplaudía / y en los aleros / volvieron a sonar / los viejos violonchelos / Sin darme cuenta / había anidado entre mis dedos / la primavera. También es una poesía de corte existencialista, más declamatoria o más sobria según las circunstancias, más lacónica en ocasiones. Veamos otro ejemplo del mismo libro: No estoy aquí / me he posado en tu pupila / Mis versos son un arco iris / de voladoras melodías / No estoy aquí / acabo de aterrizar en tu solapa. / Mis versos tienen tantas alas / como colores la distancia. Personalmente creo que gente como Marín debe ampliar el panorama de la literatura insular, lo merece por su dedicación, por su intensidad. Por eso debemos conocerlo y reconocerlo.