Nada mejor que culpabilizar al sol de la infelicidad de cierta gente. Es un pensamiento que me asalta mientras leo Una vida absolutamente maravillosa, de Enrique Vila-Matas. Cuenta este escritor sobre el caso de un joven alemán, que, deslumbrado por el sol de un cálido e inusual otoño, se arrojó al vacío desde un séptimo piso. "Los terribles estragos del sol" es el titular del periódico que da cuenta del suceso. Un mero accidente -pienso-, causado por un sol injusto, a juzgar no solo por el encabezamiento de la noticia, sino también por las tajantes declaraciones, que, según Vila-Matas, realiza una vecina del chico: "No tenía motivo para hacerlo".

"Fueron los malditos rayos solares los que cegaron y trastornaron al joven hasta conducirlo al suicidio", habrá proclamado -pienso- la mayoría de los vecinos. Personas que conciben la felicidad en términos materiales y para las cuales el mayor sufrimiento es no alcanzar la medianía. Porque ¿acaso no es maravillosa la normalidad y su horda de idiotas consumistas? Tanto como para hacer grabar, bien visible, en la fachada de la propia mansión la siguiente inscripción: "El mundo es maravilloso". Así procede otro de los personajes de Vila-Matas en este libro, un celoso padre de familia y pariente cercano a la vecina del joven deslumbrado por el sol, el suicida. La mansión se erige en el mismo paraje donde antaño se suicidó Heinrich von Kleist junto a Henriette Vogel, ambos destinados a la felicidad y no pudiendo encontrar el lugar donde vivirla.

Aunque Vila-Matas desentrañe con benévola ironía la normalidad y su promesa de vida feliz, el título de su libro es un homenaje a Marcel Duchamp. Cuenta aquel que este confesó a sus 79 años haber tenido "una vida absolutamente maravillosa": ligera de equipaje y de espaldas a toda servidumbre. Una existencia que le permitió hacer algo distinto, incluso abandonarlo todo sin lamentar su renuncia. Así vivió este ilustre "anartista", que, en palabras de Vila-Matas, dejó de pintar y se dedicó a buscar y encontrar la suerte de poder pasar a través de las gotas.