En el Día Mundial del Agua, entiendo que una obligada manera de contribuir al conocimiento de lo que significa tan vital materia es difundir la historia del abastecimiento de agua en la ciudad de Las Palmas, con sus destacados protagonistas y bufas aventuras, presumiblemente ilegales, que parecían divertidas piezas de un sainete, donde actúan como actores principales los ediles municipales.

La verdad es que aquel célebre río llamado Guiniguada desapareció, vorazmente absorbido por heredamientos, riegos y ciudadanos de la nueva población que crecía junto a su cauce.

Hasta 1900, la ciudad se acomodó, como buenamente pudo, con las aguas que provenían de las Fuentes de Morales, como ya escribí en estas mismas fechas del año pasado en LA PROVINCIA. Acabado el crédito de agua de las fuentes aludidas, quedó claro que había que buscar una solución urgente al problema del agua.

En el año 1904 se encargó un proyecto a los ingenieros Eugenio Suárez Galván y Felipe Gutiérrez, quienes comprobaron que en verano cada uno de los casi 50.000 ciudadanos de Las Palmas recibía 28 litros diarios de agua, cuando la Ley de Aguas fijaba un mínimo de 50.

Los ingenieros comprendieron que había que recurrir a más fuentes y miraron Guiniguada arriba hacia La Cumbre, principalmente las Hoyas de Camaretas y Gamonal. Calculaban que podían obtener 32 litros por segundo de los nuevos manantiales. Y ya estamos en el fandango. El concejal Felipe de la Nuez dice que la cantidad calculada por los ingenieros es imaginaria. Se nombra otra comisión para aforar, en la que están incluidos Melián Alvarado y José Franchy Roca. A la falta de técnicas apropiadas para las mediciones, la oposición de los propietarios de las tierras y aguas, se unen las disensiones de los concejales. Las cosas llegan a tal punto que el mismo Franchy se planta y dice que no vuelve mas a la Cumbre, que ya había ido dos veces sin resultados.

Al final, ocho años después, en 1912, se adjudica la ejecución de las obras de abastecimiento a Lucas Alzola Apolinario, que tenía pactada la cesión a la empresa Fomento de Gran Canaria, entre cuyos socios se encontraban Rafael Massieu Falcón, José Mesa López, Francisco Gourié, personajes muy importantes en la sociedad canaria. Bernardo de la Torre impugna el acuerdo de adjudicación, alegando, entre otras cosas, que algunos concejales eran familiares de accionistas de Fomento, o tenían intereses propios en esa empresa. Por ejemplo el alcalde Felipe Massieu Falcón era tío de Felipe Massieu de la Rocha, socio de Fomento.

Empieza el Carnaval. Se decide una nueva adjudicación debido a la impugnación de Bernardo de la Torre. El alcalde quiere echar a los que van a votar a Lucas Alzola-Fomento, quienes niegan tener lazos comerciales o parentesco. Una voz le reprocha al alcalde su parentesco con Massieu de la Rocha. El alcalde dice que él va a votar en contra de Fomento y que no expulsará a los que digan a quién van a votar. Inaudito. Santiago Gutiérrez, Díaz Carvajal y Massieu de la Rocha son expulsados de la sala y retirados por la Guardia Municipal. El concejal Pérez Miranda dice que se queda porque va a votar contra Alzola.

Siguen las incongruencias e irregularidades. Al teniente de alcalde, Juan Bautista Melo, se le recuerda que su hermano Francisco tiene una acción de Fomento, entregada por Miguel Curbelo Espino. Melo no tiene ningún rubor al decir que su hermano no tenía acciones de Fomento porque no tenía ni para comer y que él tenía que socorrerle para su subsistencia. Añade Juan B. Melo que votará contra Fomento. Al final Bernardo de la Torre Cominges alcanzó 12 votos y Alzola 10. Animo al lector a sacar sus consecuencias.

Esta es la accidentada, rocambolesca, asombrosa historia por la que La City of Las Palmas Water and Power Company Limited se hace con la concesión del abastecimiento de agua a Las Palmas, con la intervención de Bernardo de la Torre, y estos y muchos mas son los antecedentes de Emalsa. Entre esos antecedentes no faltan también episodios de enjundia.

Para postre, al lector le digo que muchos de aquellos personajes enredados en la contienda de la adjudicación aparecen posteriormente ocupando puestos en el Consejo local de Administración de la City. Por ejemplo Lucas Alzola y Francisco Gourié fueron presidentes, al menos en 1913, del mencionado Consejo. Pelillos a la mar...