Yo creo que lo mejor que podría hacer ZP a estas alturas es largarse, en vista de las cosas que dice y hace. No hace falta que emplee los próximos meses en terminar de cincelar la lápida de su tumba política; ya más o menos todos tenemos claro cuál deberá ser su epitafio.

Ahora anda amenazando con retrasar la edad de jubilación de los españoles sí o sí hasta los 67 años, nada menos. Sus cacareadas reformas siguen sin crear empleo, pero él insiste obstinado en erosionar el Estado del bienestar, a ver si así suena la flauta y se mejora el paro. En Francia, por mucho menos se echaron los trabajadores a la calle. Aquí nos quieren llevar del puesto de trabajo a la morgue, y nosotros tan callados y felices.

Los sindicatos amenazan con movilizaciones, y esperemos que a la segunda vaya la vencida, porque lo sucedido en la pasada huelga general fue lamentable. Se acometió una campaña salvaje de descrédito de las centrales, humo para difuminar los motivos que habían llevado a convocar aquel paro. Y para con el líder de la patronal, que ese sí es un pájaro de cuidado, máximo respeto, no intromisión y bla bla bla. A ver si esta vez, como decía el poeta, avivamos el seso y despertamos.