Los éxitos son momentos fugaces. La gloria no dura toda la vida. Ganar al adversario una partida no es el camino hacia la eternidad. Winston Churchill, el 'león británico', venció a Hitler en los campos de batalla, con sangre, sudor y lágrimas, pero perdió las primeras elecciones de la paz; De Gaulle se marchó porque no ganó un referéndum sobre las regiones con la mayoría que esperaba. Adolfo Suárez, el providencial hombre del Movimiento que en sincronía con el rey Juan Carlos y con Torcuato Fernández, acabó con la arquitectura franquista desde dentro -con el espíritu del dictador no pudo- fue comido en la olla por los caníbales de su propio partido. Felipe González, el gran modernizador de España, sucumbió finalmente frente a un Aznar que había llegado a la presidencia de Castilla León gracias a un farol y a una acusación infundada contra Demetrio Madrid. Como decían los latinos con gran sabiduría, 'sic transit gloria mundi'. Más tarde la historia pondrá a cada cual en su sitio, que no siempre es el esperado, pero "a la vejez viruelas". El minuto de gloria terminó asimismo estrepitosamente para los sinvergüenzas y corruptos que emergieron en el final del 'felipismo' y que fueron purgados con pública vergüenza.

Debe refrenar el PP, y en especial los gallitos de pelea y los pertinaces estrategas de trapisondas, sus delirios de grandeza e impunidad. Todo acaba, camaradas, parece decirles Raúl Castro a los achacosos revolucionarios que van quedando, porque el lema 'patria o muerte' siempre se inclina por lo segundo cuando llega la vejez. Todo acaba para Hugo Chávez, golpista chapucero que tuvo que llegar al poder después de una intentona pasando por las urnas, tremendo revés y mística paradoja donde las haya. A pesar del oro, el incienso, la mirra de su bravuconería, el petróleo, que ha quintuplicado su precio, ha sumido a Venezuela en el caos más disparatado y ha profundizado la miseria y la delincuencia. Todo acabó para Francisco Camps en Valencia, y acabó la vida pública para su antecesor, el igualmente presunto 'molt honorable' y atildado Eduardo Zaplana, multicondenado por los tribunales por no respetar las libertades de expresión y opinión; y para Jaume Matas en Baleares, y para Carlos Fabra, en la diputación de Castellón, a pesar de los saltitos de la Barberá mientras suelta saltapericos en las fallas. Chispas y humo. José Manuel Soria, en Canarias, enreda como suele, llevado de su carácter, con ignorancia supina de un principio sobre el que ya reflexionaron aquellos pensadores del valle mesopotámico apenas salidos del neolítico. Todo lo que sube baja, dejaron escrito, y el que la hace la paga, y el que ríe llorará.

En la política hay caballeros, pero también caballos. El PP isleño le puso una moción de censura junto con los nacionalistas al socialista cristiano Carmelo Artiles, y al cabo de unos años el PSOE se alió con los mismos nacionalistas y desalojó al PP con su misma medicina. Ahora, el PP ganó las últimas elecciones autonómicas, como en la legislatura anterior las había ganado el PSOE liderado por Juan Fernando López Aguilar, pero la soberbia de antaño pasó factura hogaño. Aviso a despistados y soberbios. "Recuerde el alma dormida/avive el seso y despierte/contemplando/como se pasa la vida/como se viene la muerte/tan callando/cuán presto se va el plazer..." decía Jorge Manrique en el siglo XV.

Ni siquiera el dirigente popular guarda las formas, que es una buena modalidad de previsión; fomenta la traición y el transfuguismo en los demás partidos, practica la tierra quemada, con inaguantable y afrentosa desfachatez, pero el espacio yermo es tan malo para el enemigo como para volver a tomar posiciones en una retirada táctica o para cultivar en tiempos de escasez. Si es ceniza, es ceniza para todos. Él no se da cuenta, pero tratando de hacer daño de esta manera compulsiva y nada elegante a los adversarios, mirada de águila y vuelos carroñeros, sobre todo se lo está haciendo a su futuro, y al de los suyos. Las obsesiones conducen al espiritismo. En resumen, le hace falta Harvard, pero mucho Harvard. Montones de Harvard.

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