Se cumplen hoy miércoles, 7 de septiembre, 97 años que la Virgen del Pino recibió el título oficial perdurable de principal patrona de la Diócesis de Canarias, según el Rescripto de Pío X, aprobado y ratificado por la Sagrada Congregación de Ritos, firmado en la Santa Sede el 16 de abril de 1914, a instancias del obispo Marquina y Corrales. El citado Rescripto fue consecuencia de la propuesta de Marquina, quien, en febrero de 1914, había encomendado al Cabildo Catedral de Canarias que emitiera un informe sobre lo que debía reformarse, a lo que el deán propuso como prioritaria "que la Virgen de Candelaria cesara como patrona de esta diócesis y fuera sustituida por Nuestra Señora del Pino", propuesta que fue aprobada por aclamación de los miembros cabildicios, redactada el 3 de marzo y remitida a Roma, a las que se unieron además las de la totalidad de parroquias, instituciones civiles y eclesiásticas, en manifestaciones de parecida dimensión a las de la división provincial y, ya más reciente, a las de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Con lo dispuesto en el Rescripto del Papa Pío X se cumplía la indicación de monseñor Marquina Corrales, quien, al llegar a la diócesis en 1913, manifestó su deseo de obtener la designación de la Virgen del Pino como patrona principal de la diócesis de Canarias toda vez que, según expresó el propio prelado, "chocábamos y nos dolía a la vez que, siendo la gran madre de Dios, María Santísima, en su imagen doblemente milagrosa del Pino, la devoción especialísima y principal del pueblo canario no ostentara también el título de patrona, andando así como divorciados en este punto la aspiración popular y el culto público y oficial de la Iglesia", como dejó escrito el prelado en un documento.

De esta manera se daba cumplimiento al decreto del Papa Pío IX sobre "que en cada diócesis no hubiera sino un solo patrono o patrona principal, con fiesta doble, y que había de ser designado por la Santa Sede", aunque Canarias fue una excepción, toda vez que durante los años que el obispo de Canarias, monseñor Lluch y Garriga, estuvo como administrador apostólico en San Cristóbal de La Laguna solicitó de la Santa Sede que la Virgen de Candelaria "tanto en la Diócesis de Canarias como en la de San Cristóbal de La Laguna, fuese venerada como principal patrona delante de Dios". Pío IX accedió a la petición del carmelita prelado catalán mediante una Bula expedida el 12 de diciembre de 1867, lo que 47 años más tarde quedó sin efecto por el Rescripto firmado por Pío X el 16 de abril de 1914, a partir del cual cada una de las diócesis isleñas cuenta con su patronazgo propio, como afirma expresamente J. García Ortega, canónigo de la Catedral de La Laguna, en su obra Historia del Culto a la venerada imagen de la Patrona de Canarias la Virgen del Pino. No parece lógico pensar en un patronazgo superior, y menos con el título del Archipiélago, cuando hasta hoy Roma no ha constituido la Archidiócesis de Canarias, momento entonces de que se proclamara un patronazgo para la misma.

El año 2014 está muy cerca. Está a tres años. Es momento de que, una vez concluidas las presentes fiestas de la Virgen, comiencen los preparativos para organizar y programar con la solemnidad que se merece el primer centenario de que la Virgen del Pino fue proclamada, y es, patrona de la Diócesis de Canarias. Habrá que constituir una comisión -integrada por gente docta y competente en la materia- que, desde ahora mismo, elabore un programa de actos de contenido y relieve que trasciendan no sólo los límites de Teror, sino los de la propia isla de Gran Canaria y abarquen, fundamentalmente, también a las de Lanzarote y Fuerteventura -como parte integrante de la Diócesis-, sino a todo el territorio del Archipiélago Canario cada vez más cercano en el tiempo en que se constituya en Archidiócesis de Canarias.