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Ángel Machado Cabezas

Ser progresista según Podemos

Los dirigentes de Podemos se definen y presumen de ser progresistas, algo nada criticable e incluso defendible pues dicha ideología ha sido la base de la socialdemocracia. Pero lo que sí resulta peculiar es su forma de entender el progresismo.

Para Podemos es progresista apoyar a los herederos del terrorismo y semi-nacismo vasco considerándolos aliados adecuados cuando estos últimos lo deseen, lo que no supone ni mucho menos que Podemos sea de ideología nazi, sino que están dispuestos a aliarse con ellos si así logran derribar parte del estatus existente. También para ellos es progresista buscar la ayuda y apoyar a los políticos reaccionarios catalanes y aceptar su propósito de expulsar a la mitad de los catalanes de su condición de españoles por las bravas, así como defender un referéndum ilegal, antidemocrático, solo entre catalanes para decidir sobre un derecho no reconocido internacionalmente que supondría una fractura entre nosotros y ellos.

Según Podemos, es progresista renunciar a razonar antes de condenar y ni siquiera llegar a preguntarse qué debió hacer el gobierno ante la declaración unilateral de independencia de Cataluña el 27-O en lugar de aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Para Podemos es progresista hacer escraches de protesta frente a los domicilios de políticos con opiniones y decisiones opuestas a las suyas. Igualmente, según ellos es progresista denominar “ocupación” al robo ilegal de viviendas temporalmente vacías en base a un supuesto derecho universal a una vivienda digna que no es reclamable legalmente.

Es progresista para Podemos implantar una banca pública, olvidando el importante papel que en ello juega el actual ICO y olvidando a su vez el desastre sin paliativos de la mayoría de la banca semipública que fueron las Cajas de Ahorro, muchos de cuyos dirigentes terminaron en el banquillo. Como indica Félix de Azúa, también progresista según su criterio cobrar en negro de políticos nefastos y criminales como Maduro y los ayatolás iraníes.

En opinión de Podemos es progresista convocar referendos por cualquier tema mínimamente transcendente, olvidando que los referendos son un instrumento político muy manipulable como conocen y aplican muy bien los dictadores o, por ejemplo, más recientemente los manipuladores partidarios del Brexit.

A su vez, según su opinión, es progresista tomar decisiones de forma asamblearia cuando la democracia asamblearia no existe y olvidando que en sociedades complejas y con intereses muy heterogéneos la única democracia posible tanto interna como externa a los partidos es la representativa, con los correspondientes contrapesos entre los diferentes poderes o corrientes.

¿Y qué decir de su líder Pablo Iglesias?, un narcisista de libro al que a veces se le llena la boca de España para acto seguido arremeter contra sus instituciones sin sentido ni mesura, pese a su actual puesto de responsabilidad institucional. Como indica Antonio Elorza, a Pablo no le importan los fracasos de la democracia ni el grado de falsedad de sus falsas evidencias.

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