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Javier Cuervo

Cinta métrica ideológica

Los partidarios del bipartidismo ven en el “hasta aquí hemos llegado” de Pablo Casado a Santiago Abascal un regreso al “juntos, café para dos, fumando un cigarrillo a medias”. Esa relación sin papeles excita mucho al constitucionalismo, con lo formal que es. No importa que el pluripartidismo haya salido del descontento por la falta de oferta de los dos grandes partidos ni que el populismo cazador-recolector se haya aprovechado de décadas de trabajo bipartidista para mantener a la gente en la simpleza y esquilmarla dentro de una realidad compleja.

El bipartidismo jamás ha reconocido su culpa en esta situación, que es más complicada, pero más parecida a la sociedad real, cuya consecuencia más desagradable es la polarización, es decir, votantes en estado de malestar que sólo encuentran confort en la estabulación ideológica junto a otras personas que les dan la razón. Poco espera en que solo quiere que le den la razón y mucho, porque no se conforma con menos.

Sin complejos ni culpas, el PSOE y el PP han manejado la polarización a su favor y en contra del oponente sin importarles la escalada de cabreo en el descontento. Se ve en ese antifranquismo pop de tercera generación que usa Sánchez para distraer y en esa negación del pan, la sal, el arroz y otros básicos a los cargos de Podemos en el gobierno que repite el PP. En resumen, la nueva memoria histórica es el viejo “con Franco, pan; con los rojos, sangre y piojos” pintado en el resignificado Valle de los Caídos. Avanzando.

Los próximos meses serán malos para Ciudadanos, esa pomarada sin vallar a la que Casado irá con cestas, pero Vox no perderá apoyo ahora que hacen falta voluntarios con cinta métrica ideológica para medir “la equidistancia”, el término que inventó la tajante derecha aznariana en la lucha contra ETA y que ha seguido usando para marcar que cuando no se está con ellos se está con los otros. El mismo Casado medirá mucho sus acciones porque sabe que ese es el coste de haberle ganado a Abascal la moción de censura que éste le había presentado.

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