El 4 de octubre de 1985, en el salón de actos de Usos Múltiples I, Jerónimo Saavedra y Alfonso Guerra firmaron el protocolo del fin formal de las transferencias del Estado a Canarias. Hubo más, muchas más, con posterioridad, porque entre otras razones, la España de las autonomías había generado su propia dinámica; y además, la integración de España en la CEE, la fórmula especial de Canarias, las reformas del REF y del mismo Estatuto, fueron ahondando en el proceso federativo.
Aquel día, el presidente Saavedra terminó su discurso con un párrafo contundente, inédito entonces y ahora mismo molesto para buena parte –si no toda– de la clase política no solo isleña de las baronías regionales, en el poder o en la oposición. A estos efectos, ‘tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando’, aunque cuando la Reina Católica estaba despistada, parece que Fernando ‘montaba’ más…
“A partir de ahora, solo de nosotros (los canarios) será el éxito o el fracaso de esta empresa”. Así se dijo entonces. Sin embargo continúa el victimismo en parecidas dosis, y diócesis, a los tiempos del centralismo.
La pandemia que se ha desatado sobre toda la Humanidad es ahora el enemigo común. Un terrible mal que a todos a echa y sin distingos mata, y que, en primer lugar, solo puede ser dominado –no empleo la palabra derrotado, porque eso llevará mucho tiempo– desde la inteligencia, la abnegación y la unidad. Pocos se han dado cuenta. Algunos países han sido ejemplares, o casi. Gobiernos y oposiciones han formado un frente común. Han entendido, por otra parte, que nadie sabía qué era exactamente el coronavirus’, más allá de una serie de lugares comunes.
En la primera ola unas naciones resistieron mejor que otras; en la segunda, en la que estamos, muchos de los que nos sirvieron de modelo, como Alemania y los nórdicos, están sufriendo en proporciones parecidas a los anteriores padecimientos del sur: de España, por ejemplo. La evolución de la Covid19 ha dejado en ridículo muchos discursos, como el de un PP que trató con el mismo rasero a este virus que a Bildu. Si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que todas las pruebas de las acusaciones iracundas eran, como en las series de abogados, jueces o policías, circunstanciales. Humo de pajas.
No obstante en estos largos meses, que nos han ocultado el paso del año 2020, como los árboles que no dejan ver el bosque, el estado de ciencia y los hechos más menos probados, destacan una serie de elementos clave para aplanar la curva y contener a la enfermedad, aún envuelta en más misterios que certidumbres. Cuando el sector turístico daba señales de empezar a recuperarse, gracias a los buenos datos regionales, la situación en Tenerife vuelve a descontrolarse, “a galope tendido”. Los casos han subido a 904 en 7 días, con datos del pasado día 10, con una IA (Incidencia Acumulada) de 98.49 mientras en Gran Canaria, de parecida población, los casos son 148 con una IA de 17.39.
La decisión del gobierno británico de eliminar al Archipiélago de los corredores seguros para su turismo supone un palo tremendo para todo el Archipiélago.
¿Qué ha fallado?, ¿cómo ha llegado a producirse esta situación, cuando todo indicaba que el sector empezaría a recuperarse del mazazo? Volviendo a Saavedra, hay en principio dos responsabilidades políticas compartidas: gobierno regional y gobiernos insulares; también la del gobierno central, si bien en esta fase su papel ha disminuido, aunque se haya metido en un lodazal estúpido negando las pruebas de antígenos a los turistas que había autorizado el presidente Torres. Discutir entre lo bueno y lo mejor tiene mucho riesgo. De todas formas, lo principal es la escalada de contagios. Con antígenos o sin antígenos, no tienen nuestros males remedio, mientras Londres no levante el veto. Y esperemos que no haya más cancelaciones.
El caso es que quien ha sufrido el descrédito, quien ha sido etiquetada como insegura, es la marca Canarias. Como en la caricatura de la estadística, cuando un señor se come un pollo asado mientras un pobre le mira, y estadísticamente resulta que cada uno se ha comido medio pollo, Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura, la Gomera… también pagan su parte del plato.
Estaría bien saber si en las medidas aconsejables sanitariamente no se han introducido elementos ajenos a la salud (como en otras regiones, en todas partes cuecen habas) que hayan podido desvirtuar la medida y alterar a la baja los efectos. De todas formas, sigue sin haber una adecuada convicción social sobre la necesidad, la obligación, si no legal sí de defensa personal y supervivencia, de la mascarilla, de guardar las distancias, de pasarse en la prevención mejor que en no llegar, etc.
¿Qué ha fallado en Tenerife? Es importante saberlo y tomar nota porque en estos asuntos, Tenerife somos todos. Ser Archipiélago es lo que tiene. La solidaridad viene impuesta por la geografía, porque, como dice el villancico patriótico, somos “una sobre el mismo mar”.
