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España (dioses y diablos), en guerra, Prensa

Lejos del poder, por la moción de censura a Mariano Rajoy, la derecha española más conservadora, atávica y endogámica y de la mano de la Iglesia oficial, recurren a todas las armas disponibles, incluida la extrema derecha de VOX y el tank- show-bussines de FAES; también, con mentiras cuando no, con alucinaciones como la de Monseñor Cañizares, culpando a los diablos de la pandemia del coronavirus y, no menor, la del Sr. Fernández Díaz, o algún teniente coronel, patriota y legionario. El bando de los dioses.

Son los seguidores, secundarios, de las tesis de Carl Schmitt, filósofo y politólogo, quien en la edición de 1932 de su obra El concepto de lo político, en su prólogo, deja clara su preocupación principal: lo de lo estatal y lo político, por un lado y lo de guerra y enemigos por otra; muestra su admiración por los escolásticos medievales por tensar las relaciones, entre lo espiritual y eclesiástico y, entre lo mundano y lo político, exigiendo distinciones claras e unívocas, entre estos conceptos, siendo claro defensor del poder mundial del Ius Publicum Europaeum; celebrada, también, su oposición al tecnicismo moderno. Esos dioses, también, son seguidores secundarios de Leo Strauss, filósofo y politólogo, quien en su obra Liberalismo antiguo y moderno deja de manifiesto su pensamiento en defensa de la figura del señor, como clase dirigente, por sus recursos para estudiar, su capacidad emprendedora, o sea una plutocracia global, el neoliberalismo. Ambos, ideólogos y destacados autores de cabecera de los neoconservadores americanos. Igualmente, promotores éstos de la hegemonía estadounidense, en la globalización neoliberal y de la destrucción de los países que sufrieron la primavera árabe, bajo su hegemonía militar.

El resto, feministas, comunistas, nacionalistas, socialistas, anarquistas, progresistas, ateos, agnósticos, no creyentes o, creyentes de otras religiones, incluso liberales y la derecha democrática… todos, sus enemigos. El bando de los diablos.

Creo que las prisas y el calor de Podemos en la defensa de la república, su vehemencia, a veces arrogante, pueda dar pie a los comentarios y acusaciones de los dioses que, en cualquier caso, siguen siendo falaces. Creo improcedente y oportunista la actitud de un sector de Podemos en esa batalla (la cuestión es bastante compleja: república presidencialista, de centralismo democrático, o federal…?), pero no lo veo preocupante y sí, en cambio, veo con preocupación la guerra jurídica y mediática que han emprendido los dioses, a falta de otras capacidades y de espíritu democrático. Los dioses, enseñando esos temores, esconden, intencionadamente, que para la modificación de la Constitución, se requiere un quórum parlamentario (tres quintas partes de ambas cámaras) que, hoy, no tienen ni de lejos sus defensores y que, además, ha de ser sometido a referéndum, por muchas diferencias que puedan existir entre el Ejecutivo, o una parte, y la Corona.

El escritor y filósofo húngaro, Bèla Hamvas, a quien el régimen comunista le prohibió publicar por su defensa del arte surrealista, escribió La Filosofía del vino, obra cargada de ironía inteligente y en donde definía a ateos y pietistas por igual, como cerriles y dogmáticos, enfrentados por la existencia del alma, la vida después de la muerte y la condición animal de los humanos. Habrá que añadir que, también, prejuiciosos y excluyentes.

El descontento mundial con el neoliberalismo es evidente. Han cambiado las reglas de juego del mercado imperfecto; en la transición, el poder para imponer precios de mercado, era de los vendedores, o sea, de los monopolios y de los oligopolios; hoy, ese poder ha pasado y lo ostentan los compradores: los monopsonios y los oligopsonios; factor importante y trascendente, actores muy poco conocidos por este nombre, pero instrumentos de vital importancia, en este proceso. Quien tiene la facultad de poner precio, tiene el poder. En la transición, eran los estados los sujetos de acuerdos y tratados internacionales, en el mercado, así como en el control de sus materias primas. La política neoliberal ha reducido las competencias de los Gobiernos, ha creado una desigualdad alarmante y ha dado lugar a la creación de una élite mil millonaria alejada de sus responsabilidades sociales, que se auto-separa de ellas y, como dice Sassen, con nula disposición a una mejor redistribución de la riqueza.

Información extraída de la revista Forbes afirma que ya, en el año 1987, existían 145, mil millonarios, en el mundo”. El portal swissinfo.ch. informó del aumento de esa cifra a más de 2.189, mil millonarios, en el presente año 2020, en el que estas élites, al mes de julio, habían obtenido un beneficio superior al 14,6%, en comparación a 2017; estamos hablando de 10,2 billones de dólares. Entre los mayores beneficiados, el sector de la salud, según UBS.

Empresas que, a sí mismas, se denominan de inteligencia artificial, orientadas a reunir y vender información privilegiada, junto a algunos institutos de investigación bancaria están elaborando sistemas de clasificación de las personas más ricas. En ese marco ha surgido la distinción entre los High Net Worth Individuals (HNWI), personas que disponen de más de un millón de dólares en activos susceptibles de inversión; no se incluye la residencia principal, objetos coleccionables, bienes consumibles y bienes de consumo duraderos; los que disponen de un patrimonio neto de más de treinta millones de dólares, son los Ultra High Worth Individuals (Uhnwi).

Sorprende que las ciencias sociales dediquen tan poco espacio a esta problemática

Todo apunta a un centralismo plutocrático, en fase de consolidación y escondido tras el epíteto de neoliberalismo que viene a ser lo mismo. Desprecian el Estado del Bienestar y el Contrato Social; se consideran sin obligaciones con la sociedad en que residen y de la que extraen su riqueza. En suma, pretenden llegar a obtener el objetivo de todos los totalitarismos ideológicos, en este caso, “el centralismo plutocrático- sueño capitalista”; ninguno de ellos cuestiona el neoliberalismo; lo que está en juego es el desplazamiento del núcleo del poder político y militar, entre ellos y, por tanto, sufren sus propias contradicciones, como se aprecia entre multilateristas y nacionalistas-unilateralistas; podría significar, lo que para el Comité Central del Partido Comunista ruso fue lo que se conoció como el Álgebra de Radek (primero, surgen diferencias, de ahí a la crítica y de esta a la conspiración para la traición). En la disputa: anglosajones, Unión Europea, Rusia, China y sus respetivos países acólitos.

Ahora, la humanidad se enfrenta al nuevo desafió de esas élites, la informática, la biotecnología, la inteligencia artificial y la ingeniería genética y a su solucionismo tecnológico. El Foro de Davos, en su último informe The future of Jobs 2020, predice que para el año 2025 se igualará el porcentaje de trabajo que realizan las personas, 53% y el de las máquinas-robots, 47%; hoy esos porcentajes son del 67% y 33%.

La lucha por vencer al Covid 19, no se limita a la investigación y creación de una vacuna, necesarias; este impasse se mezcla con el debate para definir posiciones en el tablero del poder hegemónico mundial, las alianzas, modelos democráticos y la política que determinarán el futuro de la humanidad, su ipseidad, mismidad y su libertad

Tanto el centralismo democrático antes, como ahora el centralismo plutocrático, son excluyentes; ideologías totalitarias, cargadas de prejuicios que limitan el pensamiento libre y a las que se pliega la derecha conservadora española y la Iglesia oficial, desplegado una política sucia, contra el Gobierno y su país que tanto quiere, ante la UE; además, su apoyo de implícito a Vox demuestra su nulo respeto a la democracia, la limitación intelectual de sus dirigentes, su carencia de proyecto para España y su grave dependencia de paraguas externos. Siguen negando toda lengua que no sea la castellana, todo pensamiento que no sea el nacional-catolicista, impidiendo así una voluntad general común, sin entender que España sin Euskadi, Catalunya, Galicia, o Canarias deja de serlo, o sería algo totalmente distinto. Siguen negando la reforma constitucional, necesaria, no solo para resolver la cuestión hereditaria de la Corona que ahora tanto defienden, sino, también, para la reforma del Senado, de La Ley electoral, abolir los privilegios religiosos y solucionar los problemas territoriales. La modificación del Senado es urgente para que sea la verdadera Cámara de representación territorial y no la cámara suplente del Congreso, reduciendo los privilegios de senadores y diputados, y, también, no menos importante, el número de ellos.

No se puede seguir siendo cómplices de esos planteamientos, con el silencio. Toca definirse, sin paños calientes. El problema es de todos, de ellos y de los que pensamos distinto; también, de los que dicen pensar distintos y que pactan con ellos, tales como Ciudadanos, partidos regionalistas y otros que se dicen nacionalistas y como es el caso de Coalición Canaria, Partido Nacionalista Canario y la ambigüedad de Nueva Canarias. O democracia y dentro de ella todas las alianzas necesarias para vencer el unilateralismo y las injusticias, o entregarse a ellos, sin máscaras.

La situación de Canarias es alarmante por su total dependencia del turismo y de una agricultura sin valor. La borrachera de la bonanza turística llevó al límite, el abandono de los estudios de muchos jóvenes para trabajar en el sector; a la atracción de mano de obra foránea, y, como consecuencia, ostentamos una densidad demográfica de 240 hab/km2 y junto con Baleares, las mayores de España, cuya media es de 94 hab/km2. Preocupante por la nueva fiebre del turismo rural, sin criterios.

Estatuto de Autonomía deficitario en cuanto a competencias económicas, marítimas y en cuanto a presencia en asuntos exteriores que nos afectan… y lo más preocupante que no existan unos partidos o clase política que vayan más allá de su continente de nacionalistas y se conformen con los contenidos de sus escasos logros. Indudablemente, no está en sus objetivos y compromisos las aguas archipielágicas y, presumo, que tampoco seguir la sugerencia de la Unión Europea de la explotación de los minerales raros descubiertos en estas aguas. Como, tampoco, en pensar en la posibilidad de un Acuerdo España, Marruecos, Unión Europea, incluidas Canarias y el Sáhara, como poblaciones con derechos a esas riquezas; les quedará lejos, presumo. Habría que trabajar esta tesis como forma de acabar con los conflictos de soberanía que persisten, e invitar al Frente Polisario a un acercamiento a estas tesis.

La reconversión del turismo de masas es urgente; habría que recordar cómo este sector fue sostenible mientras su explotación se mantuvo en construcciones en régimen de propiedad horizontal y las comunidades de propietarios tuvieron participación en la gestión directa e indirecta. La economía de escala y el low cost, en su expresión neoliberal, hace que la crisis turística sea un drama por el Covid19 y que racistas desalmados carguen con los inmigrantes de pateras.

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