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Javier Cuervo

ARTÍCULOS DE BROMA

Javier Cuervo

El sueño del murciélago

Yossi Yovel, neuroecólogo de la Universidad de Tel Aviv, lleva 15 años estudiando el comportamiento social de los murciélagos frugívoros egipcios y ha concluido que conversan entre sí y tienen cuatro temas principales de charla: comida, sueño, sexo y otras cosas. “Otras cosas”: ¿hablan del tiempo los murciélagos, aunque no viajen en ascensor? Es desasosegante ese “otras cosas” pero lo más inquietante es que cuando te preocupan las conversaciones sin descifrar de los murciélagos es porque ya has aceptado que estos mamíferos quirópteros hablan de comida, sexo y sueño como una tertulia de sobremesa de cuatro personas. Charlar sobre el sexo y sobre la comida está muy relacionado con la supervivencia y los dos temas se encuentran entrelazados, también en los humanos de países pobres y de familias ricas.

El sueño también es vital, pero lo tenemos poco en cuenta si descontamos la cantidad de gente que toma somníferos para conciliarlo y les sumamos a los que se meten cocaína para evitarlo. A los murciélagos el sueño les trae de cabeza. A los humanos, según la edad. Los jóvenes tienen sueños; los mayores se conforman con uno por noche, que tampoco se cumple, como no se cumplieron los que tenían de jóvenes. Igual lo que produce insomnio es que se llega a mayor con todo soñado, pero no con todo dormido y de ahí las noches en vela. Por volver al tema inicial, la diferencia entre los humanos y los murciélagos es que cuando los primeros duermen bien lo hacen a pierna suelta mientras que los segundos o están a pierna suelta o duermen.

Pero quería hablar de un sueño que dio para mucha conversación en España. Pedro Sánchez dijo hace 15 meses que no podría dormir con un gobierno de coalición con Unidas Podemos y ministros sin experiencia, lo que infantilizaba. En enero hará un año de colecho y Sánchez es capaz de dormir a pesar de las piernas inquietas, el afán de apropiarse toda la manta y algunos ronquidos del socio y de los llantos de ministros sin experiencia. Es la edad. O eso dijo Adriana Lastra a Felipe González.

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