El anuncio del fallecimiento de nuestro gran amigo Fernando Méndez supuso un duro mazazo que inundó los medios informativos y las redes sociales en cuestión de minutos. Todo un artista innovador y creativo, que marcó tendencias en el mundo del espectáculo y del diseño. En alguna ocasión expresó su opinión destacando la espectacularidad de las Galas de la Reina, quejándose de que habían perdido parte de su esencia y romanticismo y misterio. “Si tuviera que elegir, lo ideal sería disfrutar del Carnaval popular del pasado y de las galas de hoy en día”.

El glamour y la fantasía representan para él parte de su proyección, siempre fiel a sus ideales y planteamientos artísticos. Su sonrisa y saber estar marcaba las diferencias, respetuoso, afable, cordial, educado, en definitiva, todo un caballero que ayudó y aportó cosas positivas al Carnaval, marcando tendencias que no pasaron desapercibidas al gran público, que siempre supo reconocer su trabajo artístico durante más de tres décadas.

Con Fernando Méndez tuvimos muchas ocasiones de charlar e intercambiar impresiones sobre el desarrollo del Carnaval, nuestro asunto estrella. Era un libro abierto, y para nosotros resultaba todo un lujo oírle hablar de sus vivencias, triunfos y pasión por su labor artística y carnavalera.

Tras su desaparición, el Carnaval de Gran Canaria pierde todo un referente difícil de igualar. Su carrera profesional lo dice todo: obtuvo en 30 años de participación trece títulos de Reinas del Carnaval, además de segundos y terceros premios, ganándose el nombramiento de diseñador de honor del Carnaval. 

Compartimos muchas anécdotas y bromas. Se reía cuando le decíamos que despertaba odios y pasiones, tanto lo odiaban como le querían, y nos comentaba que “el principal problema que he tenido ha sido la envidia que mi éxito genera en los demás”.

Otra de las anécdotas que nos deja para el recuerdo es la agresión que sufrió por parte de otro diseñador, en la Casa Miller, tras una Gala de la Reina. Nos acercamos a él para que nos diera su versión de los hechos y contestó que, por favor, no comentara nada. Le dije: “Fernando, esta es la noticia del Carnaval y la información había que darla”. Rápidamente lo comuniqué al periódico, al mismo tiempo que aceptó mis disculpas en tono muy educado y reconociendo que efectivamente, teníamos razón.

Su última aportación fue hacerle un encargo al periodista gráfico Luis del Rosario, sugiriéndole fotos, con la idea de montar una exposición de actos, celebraciones, recuerdos sobre su vida en el Castillo de Mata. El trabajo de búsqueda duró mes y medio, pero nunca fue a recogerlas.

Siempre intentaba la perfección en sus trabajos de trajes de Reina del Carnaval. Si no conseguía todo el material, era capaz de viajar a la Península o Brasil, hasta por un metro de tela o pedrería, en su afán creativo. Una vez realizado el diseño, no había marcha atrás, con su pensamiento puesto en la Gala de la Reina.