La Provincia - Diario de Las Palmas

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Reflexión

Una economía de colores que no cuida suficientemente el Paisaje

Hay dos colores, el verde y el azul, que, como todos los demás, despiertan sentimientos y pensamientos. La ciencia de la Psicología tiene bien estudiada la emoción de los colores. El verde es un color refrescante, se asocia con la Naturaleza, representa el mundo natural, la ecología, la tranquilidad… es el color del medioambiente y de la sostenibilidad. El azul se relaciona con la calma, la seguridad, el confort. Cuando, además, es azul oscuro, está asociado con la tranquilidad y el equilibrio.

Desde hace unos años, se han vinculado estos dos colores a la economía: la Economía Verde y la Economía Azul.

La primera ligada al medioambiente y a reconducir esos malos hábitos que nos han llevado a una degradación del clima, del medioambiente y, por ende, del paisaje.

La economía Azul está ligada al mar, pero con una actitud de tranquilidad y seguridad. Es nuestro futuro y la solución a buena parte de nuestras necesidades.

El problema surge cuando, bajo el paraguas de estos dos conceptos, se realizan actuaciones y algunas de estas actuaciones choca frontalmente con grupos de opinión que, respetando la idea de buscar una forma de vida compatible con los recursos del planeta, toman por bandera la defensa de un aspecto concreto de la Naturaleza, de un bien común, el Paisaje.

Desde Adapa viene observándose, desde hace tiempo, como algunas medidas inscritas en la Economía Verde o en la Economía Azul, están suponiendo un ataque al paisaje grancanario. En ocasiones irreversible.

El proyecto Chira-Soria que se sitúa en la zona más frágil de nuestra Isla, aún está debatiendo cómo afrontar su integración en el paisaje.

Y el nuevo bosque de aerogeneradores, que ha nacido en el sureste, ha cambiado un paisaje ya deteriorado por la existencia de invernaderos en desuso.

Menos cuestionadas públicamente, hasta el momento, son las consecuencias de esa nueva economía que, según dicen, complementará al Turismo: la Economía Azul que parte del reconocimiento de la importancia del mar por su gran potencial para la innovación y el crecimiento.

Todo esto está muy bien. Desde siempre, la especie humana se ha apoyado en el mar. Las primeras vías de comunicación fueron marinas y fluviales porque se consiguió utilizar la energía del viento para ir de un sitio a otro.

El mar siempre ha dado alimento a las poblaciones costeras y sin duda es un gran reservorio de proteínas y algas para el futuro

Pero en Gran Canaria estamos asistiendo a acciones sobre el mar litoral que transforman notablemente el paisaje. Estas medidas observadas son, en sí, buenas, pero se han implantado sin tener en cuenta, a nuestro juicio, todas las consecuencias negativas sobre el paisaje.

Y por enunciar, enunciemos dos: el Centro de Investigación Plocan junto con el aerogenerador marino frente a la desembocadura del Barranco Real de Telde y las piscifactorías que van poblando el mar del sureste y que se pueden ver desde las playas del sur.

Hay también otras actuaciones, como la anunciada implantación de aerogeneradores en el mar, al sur del puerto de Arinaga, que tendrán su incidencia en los usos de la costa, especialmente en cuanto a la navegación, pero por contra , también podrán eliminar ese horizonte limpio del que siempre hemos disfrutado los isleños.

No estamos por supuesto en contra del progreso, ni contra los molinos eólicos ni contra el aprovechamiento de nuestros recursos marinos ni por supuesto contra los proyectos de investigación y sobre Chira Soria no tenemos suficiente información ni una posición clara.

Queremos hacer una reflexión, más que una denuncia, de cuál es el precio a pagar y si es necesario pagarlo. Y que quizás haya medidas compensatorias que hay que estudiar e implementar .

Y que por supuesto que también es importante la densidad y la cantidad .No es lo mismo 10 molinos eólicos que 100, ni es lo mismo 10 picisfactorias que 100.

Y que quizás debemos y podamos encontrar soluciones que hagan compatible estos desarrollos con nuestro paisaje.

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