Aun diría más, el arte de la critica liberal. No es otra cosa que cada una de las disciplinas que integran el trivio o el cuadrivio, caracterizadas por proporcionar conocimientos y destrezas intelectuales. Es decir, la elocuencia, gramática y retórica que, junto a las demás artes, constituían los estudios que impartían las universidades.
Pues bien, de eso, bien poco hay o mejor dicho, bien poco queda. Hoy gran parte de nuestro sistema informativo se basa en el engaño ¿Se han preguntado donde queda el esfuerzo, el trabajo y el conocimiento? Todo se reduce a una supuesta mezcla entre destreza y creatividad envuelta en espíritu critico. Espíritu crítico que sin el conocimiento necesario queda en pura charlatanería. Un fanático, y ahora hay muchos donde elegir, es un ignorante lleno de un espíritu critico. Al conocimiento se llega con el esfuerzo y la memoria que, por cierto, no goza de buena reputación en estos tiempos.
Pero pasemos página para que paremos en cualquier programa, ya sea de radio o television. Grandes charlistas, por no decir charlatanes que hablan por boca de ganso, pontificando sobre cosas de las que no tienen, la mayoría de las veces ni repajolera idea, donde el oyente o escuchante , como mejor prefieran, se encuentra ante la disyuntiva de no poder discernir lo que es verdad o mentira. Este es un claro ejemplo de que la crítica como sistema es la negación del propio conocimiento y de la verdadera estimación de las cosas. ¡que pena los tiempos que corren a golpe de Twitter, a cada cual mas inquietante, por no decir directamente falso! No obstante, en los tiempos que corren, intentar tapar la boca a los maledicentes y mentirosos es lo mismo que ponerle puertas al campo.
