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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

El acoso a Alonso y las redes sociales

Cualquiera es libre para juzgar política y moralmente la decisión que tomó en su día Evelyn Alonso, concejal de la lista de Ciudadanos al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, de apoyar la moción de censura contra Patricia Hernández. Pero nadie debería arrogarse como un derecho insultarla, denigrarla y amenazarla, y así se hizo, con particular ferocidad, en los días previos y en las semanas posteriores a la celebración de la moción de censura. Sectores no despreciables del PSOE canario – entre ellos muchos exdirigentes de Juventudes Socialistas -- han llegado a coincidir con lo peor del sanchismo: lo que importa es el relato unívoco y maniqueísta, la agitación markentinera y la propaganda punto menos que mesiánica. Era realmente curioso leer o escuchar que Alonso solo pretendía un cargo y un sueldo, como si Matilde Zambudio no hubiera exigido y obtenido, año y medio antes, la primera tenencia de Alcaldía y el control de Promoción Económica, Empleo, Cultura y Patrimonio Histórico (su entonces compañero, Juan Ramón Lazcano, asumió nada menos que Urbanismo). Por cierto, la señora Zambudio prácticamente ha desaparecido de la vida municipal. Está ahora casi tan silenciosa e inactiva que cuando ejercía de vicealcaldesa.

La autoridad judicial va a llamar a declarar a tres personas por verter en redes sociales contenido injurioso y supuestamente amenazante contra Evelyn Alonso, que todavía tiene protección policial. Una de estas personas ha presumido siempre de su condición socialista y ha arremetido groseramente contra cualquier comentario crítico contra el PSOE chicharrero y sus dirigentes. Es un onanista del insulto, un triste guiñapo que babosea agravios y denuestos en twitter. Algunos afirman que es un militante socialista y resultaría sumamente conveniente que el propio partido –la agrupación local de Santa Cruz de Tenerife, pongo por caso– lo desmintiera o lo confirmara. De nuevo: la oposición está para hacer oposición. Dura, descarnada y sin tregua. Fiscalización de la gestión pública y propuestas alternativas. Y para ambos objetivos las redes sociales pueden ser un excelente instrumento de difusión. Sin embargo, los partidos han optado por la creación de ejércitos de sombras anónimas tuiteras que solo siembran desinformación, falsedades y basura. Fue Podemos quien encabezó la vanguardia en estos combates basurientos y perfeccionó twitter como herramienta adaptable en las campañas electorales de 2015 y 2016. Y lo hizo a través de equipos perfectamente coordinados y dirigidos con un talento relampagueante. Visto los magníficos resultados se creó una estructura permanente que sigue funcionando y desde la que se ha adoctrinado a cargos públicos y comunity managers de todas las organizaciones territoriales. Estas prácticas no son expresiones democráticas, sino una estrategia de comunicación dirigida a aniquilar al adversario político, transformado en un enemigo ruin y despreciable, contribuyendo así a la destrucción del concepto de verdad. Si no existe la verdad, más que la que define el partido, no existe la mentira, salvo que el partido la codifique.

Después de la moción de censura por la que José Manuel Bermúdez regresó a la Alcaldía el PSOE ha cometido varios errores que sospecho que no le acercan a ganar las próximas elecciones por muy enhebrados que estén emocionalmente al patricismo: utilizar los tuis como garrotazos, convertir cada crítica o propuesta en una causa general contra CC, jalear, comprender o ironizar el acoso sufrido por Alonso, ponerse a sacar fotos de los ediles gobernantes por las calles, arrojarse a nostalgia de sí mismos, reducir sus propuestas para sustituirlas por denuncias. Claro que aún quedan dos años para perder.

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