LA PROVINCIA cumple 110 años de vida como periódico de referencia en Canarias, categoría alcanzada por la experiencia del ejercicio informativo en tan largo periodo, pero también por la infiltración en su línea editorial de un conjunto de valores que tienen su origen en grandes hitos históricos: la división provincial, la preautonomía, el Estatuto de Autonomía, el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), la Constitución de 1978 y las libertades, el reconocimiento de la especificidad insular en la incorporación de Canarias a la CE, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (IULPGC), el Festival de Música de Canarias, la Circunvalación de la capital, el Hospital Negrín... Una lista inabarcable de logros que conectan a este periódico con generaciones de lectores a los que desde nuestro liderazgo hemos tratado de ofrecerles los mimbres para una convivencia democrática.

En la transformación digital está el reto empresarial de hacer partícipe a nuestra audiencia de los nuevos modelos de acceso a la noticia. Pero este objetivo no puede obviar la memoria acumulada durante 110 años, una trayectoria que viene a ser una garantía para contribuir desde el periodismo a una era de cambio marcada por la salida de la terrible crisis en la que ha sumido al planeta la pandemia.

La celebración de este aniversario es una oportunidad para renovar con nuestros lectores en papel y digital el compromiso por la pluralidad y por la vigilancia del poder. Una sociedad moderna sólo puede presumir de ello si sus ciudadanos tienen la capacidad de elegir para luego decidir.

LA PROVINCIA ha estimulado y participado del debate de ideas para acelerar el progreso de Canarias, y lo seguirá haciendo en un momento donde el acceso al conocimiento es clave para interpretar una realidad cada vez más compleja producto de las revoluciones que se dan en la ciencia, la medicina, el medio ambiente, el pensamiento, la tecnología o el sector energético. Este abanico de novedades que se abre debe formar parte de nuestros contenidos, como lo fueron en el pasado otros descubrimientos e innovaciones de las que hemos sido testigos de excepción.

Tenemos el privilegio de contar con más de un expediente sancionador como consecuencia de la censura franquista, la llamada Ley Fraga (1966), que permitió nuestra reaparición, la primera en España de un medio de comunicación fuera de la órbita de la llamada Prensa del Movimiento. Una época en la que este periódico provocó un verdadero terremoto al dar a conocer las condiciones en las que vivían los aparceros del Sur de Gran Canaria, el retraso crónico en educación o la carencia de viviendas, entre otras denuncias.

Bajo un sistema político dictatorial, carente de contrapoderes para corregir la situaciones de autoritarismo o de mera discrecionalidad jurídica, la prensa se eleva como pieza trascendental para el aperturismo y para abrir cauces de entendimiento. LA PROVINCIA formó parte de este proceso que dio paso a la Transición, a la reinstauración monárquica, a la realidad constitucional y a la realización autonómica de Canarias. En este contexto de vértigo será cuando el periódico se adentre en una nueva etapa al ser adquirido por Javier Moll a la antigua propiedad, personificada en el político Matías Vega Guerra, un representante del caciquismo bajo la dictadura franquista.

Frente a este pasado, prima ahora la articulación de la democracia española y una estructura social que tiene a la libertad como pilar intransferible. La prensa tendrá un papel determinante para el advenimiento del régimen de libertades, y una prueba de ello es que a la cabecera de LA PROVINCIA se unen las de La Nueva España, Levante e Información, sacadas a subasta por Estado, dando lugar al germen del grupo Prensa Ibérica.

La cohesión de Canarias ha sido uno de los campos de batalla de LA PROVINCIA, que ha trabajado de manera incansable por una administración autonómica respetuosa con el equilibrio presupuestario. El pleitismo gratuito siempre ha sido rechazado, pero se ha mantenido una vigilancia extrema sobre el uso del dinero público. Una acción que se ha transformado en un compromiso ante situaciones de injusticia como la falta de una Universidad para Las Palmas de Gran Canaria, una reclamación que provocó una movilización social inédita. Un afán reformista que también ha sido puesto en evidencia con el modelo electoral canario, necesitado de unos ajustes en beneficio de la democracia, una adecuada tasación del voto y una representación ecuánime de la representación política por islas en la instituciones.

Con aciertos y desaciertos, los 110 años de historia no se pueden entender sin el interés por vertebrar el Archipiélago, cuya condición isleña plantea permanentes forcejeos con el gobierno central y una continua pedagogía para el entendimiento de Canarias y de los canarios. Pero además de la insularidad, del hecho ultraperiférico, está el propósito de la unidad regional, imprescindible para el desarrollo de la autonomía y el bienestar de los ciudadanos en un contexto cada vez más complejo, sobre todo con respecto a la comprensión de singularidades como la lejanía.

Nuestra misión de cara al presente inmediato es intensificar tanto como se pueda el sentido de comunidad con los lectores, a los que nos debemos. El periodismo vive un momento apasionante que tiene por bandera el rigor y la credibilidad, competencias que se enfrentan al bulo y la mentira utilizados para fines espurios. Tradición y modernidad convergen en LA PROVINCIA, cabecera, que, lejos de la autocomplacencia, está en permanente alerta para conocer las demandas de una audiencia con la que hemos evolucionado, atentos a los cambios que se han suscitado con el paso de los años. 110 años parecen muchos, muchísimos, pero hay que tener en cuenta que el periodismo nace todos los días: no hay ninguna jornada igual que la anterior, de la misma manera que no hay una primera página que sea una copia de su predecesora. La edad en el periodismo es relativa, hay que embridar caso por caso. Ahora, el siglo y diez años son un aval de experiencia y un incentivo para avanzar sobre el XXI con mayor empuje, si cabe.