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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

El torero y la botonadura del dictador

Dado el nivel el torero Enrique Ponce se empaquetó para reaparecer en Las Ventas con un traje de luces cuya botonadura de plata aireaba el rostro de Franco en monedas de 50 pesetas, y ole. El diestro dice que las tiene de Isabel II, Alfonso XIII, el rey emérito, Felipe VI, pero a la vista del pathos que fermenta y fermentará en Madrid optó por la del dictador sin que la cosa, según su inocente entender, vaya de apología, admiración y pleitesía. Si la performance hubiese sido en Alemania y con el careto de Hitler, tengan por seguro que se le aplica la legislación indicada. Aquí, acaba en un juzgado y su señoría resuelve que la libertad del matador está por encima de los 40 años de cesarismo, y ole. Ya hace años que una tienda de souvenir -seguro que hay más- que se encuentra en las cercanías del Prado ofrece en su escaparate, como gancho turístico, un muñeco que nos es otro que el generalísimo vestido de gala. Los visitantes que salen de la pinacoteca nacional, tras ver Los Caprichos de Goya, se la llevan como el que se hace con algo de gastronomia típica, un bote de judiones con chorizo o un cocido al vacío. Ponce, en la línea, encarga al sastre su adorno repugnante y muy a la madrileña, que para otros es un verdadero insulto a los que cayeron bajo su bota tétrica. Una pena que el alguacil de la corrida no hubiese sido un memorioso para cortar uno a uno los embellecedores de 50 pesetas, condición para que el estirado procediese con la ganadería. En caso contrario, para la finca a lidiar con los suyos, que llevan hasta collares con las astillas bien repartidas de las piezas dentales del sátrapa. La falta de un parón a tiempo al que exhibe el terror como si fuese una mermelada de frambuesa nos convierte en un país amorfo, donde las referencias se evaporan y la botonadura y su dueño pasan a ser un fenómeno de masas bendecido en las redes e imitado con desatino. ¿Pero si sólo es una hilera de botones? Sí, pero sacada de paseo dos días antes de las elecciones de Madrid. Grato paralelismo.

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