La Provincia - Diario de Las Palmas

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Rubén Reja

En voz baja

Rubén Reja

Homicidas

Hay momentos imborrables que agitan para siempre la memoria. La naturaleza humana nos convierte sin remisión en coleccionistas de instantáneas. Guardamos las emociones más profundas de forma inconsciente y no existe algo más evocador que la añoranza del dulce pasado o el regusto del sinsabor.

Recuerdo con tristeza la ausencia de abrazos, el cielo sin aviones, el mar huérfano de barcos y las calles semidesiertas, donde los perros eran los verdaderos amos y una simple bolsa de la compra era el salvoconducto para sentir el sol. Un caos provocado por la mortífera pandemia que sigue muy presente aunque muchos descerebrados le dan la espalda sin pudor. Indeseables que rompen el precinto del afecto a golpe de botellón y se agrupan en manadas incívicas en una agresión intolerable al conjunto de la sociedad, que aún llora sus muertos y no olvida. Acciones provocadas por el error de bulto del Gobierno por no volver legislar el estado de alarma y forzar al poder Judicial a asumir competencias legislativas y ejecutivas que jamás hará suyas. Moncloa resbala estrepitosamente al eludir su responsabilidad en el punto crítico de la guerra contra el virus.

Mientras tanto los héroes anónimos, a los que aplaudíamos todas las tardes, pelean todavía sin descanso por salvar vidas en los hospitales en una labor encomiable, que sitúa a la sanidad pública en lo más alto pese a los recortes presupuestarios. A este colectivo nuestro máximo respeto y reconocimiento ante la gilipollez protagonizada por una masa de homicidas desbocada.

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