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Joaquín Rábago

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Joaquín Rábago

La UE estudia la posibilidad de sancionar a Londres

La Comisión Europea sopesa la posibilidad de sancionar al Reino Unido por incumplimiento de lo pactado en las negociaciones en torno al brexit.

A pesar de sus declaraciones de boquilla en sentido contrario, Londres podría violar los compromisos que adquirió con el llamado «protocolo de Irlanda del norte».

Ese temor lo expresó el comisario Maros Sefcovic, responsable de Relaciones Institucionales, según ha sabido el semanario Der Spiegel de fuentes diplomáticas alemanas.

El protocolo norirlandés establece una frontera con la UE en el mar de Irlanda en sustitución de la terrestre, que podría reavivar el conflicto entre el norte y el sur de la isla, al que puso fin el llamado «acuerdo de Viernes Santo», de 1998.

El pasado mes de marzo, el Gobierno de Boris Johnson renunció a seguir controlando de momento las exportaciones agrarias y de alimentos en dirección a Irlanda del Norte, a lo que Bruselas reaccionó incoando un procedimiento contra Londres por ruptura de tratado.

El comisario Sefcovic comunicó a los embajadores de los países de la UE que en el caso de que Johnson persistiese en su actitud, la Comisión no tendría más remedio que utilizar todos los instrumentos a su alcance para obligar a Londres a cumplir lo acordado.

Dado que Bruselas no quiere de ningún modo poner en peligro la paz tan trabajosamente lograda en su día entre las dos Irlandas, se sopesa la posibilidad de adoptar sanciones arancelarias contra las importaciones procedentes del Reino Unido.

Según las citadas fuentes diplomáticas, el Gobierno francés es el más beligerante en ese sentido aunque también el de Berlín mantiene una posición firme y sostiene que hay que obligar a Londres a cumplir sus compromisos.

Se descarta pues la posibilidad de renegociar el acuerdo pues, como señalan también diputados alemanes de distintos partidos, «la protección del mercado interior de la UE es una línea roja».

Pocos se fían en Bruselas del primer ministro británico, quien tiene una bien ganada fama de mentiroso y trapacero desde su época de corresponsal del diario The Daily Telegraph en la capital comunitaria.

Sus exageraciones y mentiras sobre la obsesión reguladora de la Comisión Europea contribuyeron a calentar los ánimos de sus compatriotas en contra de la UE.

El ex speaker de la Cámara de los Comunes John Bercow llegó a afirmar en cierta ocasión que si BoJo, como se conoce popularmente al líder tory, tiene algún contacto con la verdad es «en los años bisiestos».

Bercow justificó su paso desde el partido conservador al laborista, tras abandonar el cargo que ocupó en el Parlamento británico, tachando a la dirección del primero de «reaccionaria, populista, nacionalista y a veces xenófoba».

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