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Lamberto Wägner

Tropezones

Lamberto Wägner

Best-sellers

Hay una frase muy conocida de Camilo José Cela, según la cual: «Lo único que hace falta para escribir es tener algo que decir». Aunque no puedo estar más de acuerdo con la cita, creo que debería llevar el corolario: «y saber cómo decirlo».

Y se me ocurre un ejemplo, geográficamente muy próximo a mí que lo ilustra perfectamente.

Existe un pueblo en la costa oeste de Suecia llamado Fjällbacka, donde suelo pasar parte del verano con mi familia. Una de sus jóvenes vecinas tenía algo que decir, pero no disponía de las herramientas del oficio para escribirlas. Afortunadamente su familia, que intuía su talento para la fabulación, le regaló un curso de redacción. El profesor, al finalizar el curso, la animó a que aplicara sus conocimientos, aconsejándole que escribiera sobre algo que le fuera conocido. Y la flamante escritora echó mano del entorno que le era más familiar: su pueblo de Fjällbacka, donde ubicó su primera novela negra. Sin duda la obra, La princesa de hielo pecaba de cierta bisoñez, y su estilo tal vez fuera algo rudimentario. Pero el morbo de la trama y la tensión narrativa de la obra compensaron con creces su falta de «métier», y la novela tuvo una gran acogida, convirtiéndose en un superventas en Suecia.

Y vaya si la escritora novel tenía cosas que decir: al día de hoy Camilla Läckberg ha publicado una docena de novelas policíacas, habiendo vendido unos 30 millones de ejemplares en 50 países.

O sea que tenía algo que decir, y ya sabía cómo decirlo. Pero había algo más. Porque aunque existe otro dicho: «El buen paño en el arca se vende», todos sabemos que en nuestros tiempos eso no es del todo cierto, y que cualquier proyecto editorial de envergadura requiere unos apoyos y un marketing sin los cuales difícilmente pasaría de un semi éxito doméstico cosechado en su entorno más próximo. Porque el tercer triunfo que se guardaba la escritora en la manga era su formación académica. Antes de volcarse en la literatura policíaca Camilla había estado estudiando economía y derecho mercantil en la universidad de Gotemburgo, especializándose en mercadotecnia. Disciplina en la que demostró ser aventajadísima estudiante, y cuyas enseñanzas de marketing supo ordeñar al máximo a la hora de fomentar la difusión de sus novelas, con entrevistas en los medios y frecuentes apariciones en televisión. Su atractivo personal y su carisma la llevaron incluso a convertirse en popular presentadora. Algunas incursiones en la literatura infantil, inspirada por sus tres hijos y adobadas por una turbulenta vida familiar contribuyeron sin duda a reforzar su poliédrica imagen de icono cultural y mediático y a multiplicar la penetración de sus obras en el mercado escandinavo primero y pronto en el conjunto del europeo.

Y como consecuencia de todo ello el tranquilo pueblo marinero de Fjällbacka se ha convertido en una meca de peregrinaje para los fans de Camilla. El último verano se contabilizaron no menos de 40 autobuses repletos de chinos recorriendo todos los rincones del pueblo y estremeciéndose con las localizaciones, debidamente señalizadas, faltaría más, de sus más truculentos escenarios criminales.

Aunque la guinda del pastel fue sin duda la visita de la televisión sueca a mi casa con la idea de alquilarla como localización para la serie de televisión: Los crímenes de Fjällbacka.

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