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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Culto cargo

Es imposible que ustedes no sepan que el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia dedicará el 67% de sus fondos, alrededor de 700 millones de euros, a la descarbonización de Canarias. Por si alguien lo ignoraba, y en el contexto de la peregrinación de altos cargos del Gobierno central por las ínsulas baratarias, lo ha proclamado nada más tocar tierra la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, que vino a visitar la Paltaforma Oceánica de Canarias en compañía del consejero de Transición Ecológica, con su rompedor estilismo de camisas por fuera y zapatillas deportivas.

Intento resistirme al encanto de esta estratega, pero es demasiado atractiva. De acuerdo, es una vía propagandísticas muy viejuna, y su rentabilidad actual se me antoja harto dudosa, pero esa insistencia del gobierno sanchista y sus entusiastas congéneres isleños de traer a ministros para regalarnos perras y sueños debe tener alguna razón. Creo que en su momento el presidente Ángel Víctor Torres insistió mucho en aumentar la presencia de ministros y ministras en carne mortal en Canarias «para contrarrestar el relato del abandono del nacionalismo». Bien mirado, pero ocurre, tal vez, que no es un buen momento para esta praxis, cuya eficacia queda oscurecida por múltiples contradicciones, desde la millonada retenida del convenio de carreteras hasta los manoseos al REF, pasando por la parálisis de las transferencias competenciales a las que obliga el Estatuto de Atonomía de 2018. En todo caso, en fin, los psocialistas no han inventado nada. Hasta José María Aznar prometió (y celebró) un Consejo de Ministros en Canarias del que ni yo ni nadie recuerda absolutamente nada.

En realidad la estrategia socialista me recuerda al culto cargo que practicaban algunas tribus de islas de la Melanesia. Es un ritual religioso del siglo XX que comenzó a cuajar y expandirse cuando llegaron productos (leche, carne enlatada, cubertería, chocolate, zapatos, pañuelos, botellas o vasos) de Australia y Estados Unidos. ¿De dónde procedían estas maravillas? ¿Cómo habían llegado a sus vidas? Los indígenas encontraron una rápida y satisfactoria explicación: esa comida, esos objetos, esos artefactos portentosos procedían del cielo. Eran los dioses los que habían decidido proveerles al fin magníficamente. ¿Por qué no había llegado antes? En los islotes del Pacífico que he mencionado la culpa recaía en los blancos encargados de la administración local, que se habían quedado con los prodigios y delicias enviadas desde los cielos egoísta y secretamente. En la versión del culto cargo del PSOE en Canarias la culpa de los retrasos es Coalición Canaria casi siempre, aunque a menudo en compañía del PP. Sí, los coalicioneros se habían apropiado de los cargamentos preparados por los dioses madrileños, y no habían dejado ni las raspas. Pero todo había cambiado para siempre. Ahora los cargamentos llegarían directamente desde el Empíreo y serán anunciados por sonrientes edecanes del Altísimo. Me gustaría que a Marvin Harris le hubiera dado tiempo de conocer esta versión del cargo culto en unas pequeñas islas del Atlántico.

Para conseguir que el envío de los cargamentos se renovara una y otra vez lo único que debían hacer los melanesios eran elevar sus corazones y honrar la munificencia de los dioses. Los canarios solo tienen que votar al PSOE. Claro que todo parece ligeramente tramposo. He visto fotos –son bastante conocidas – de las aldeas del Pacífico anonadadas ante un ventilador o un bote de leche condensada. Aquí se ha visto poco al margen de la financiación de los ERTE o el subsidio del desempleo. Todos son perras que van a llegar aunque nadie sabe exactamente de qué vamos a comer hasta la próxima primavera –al menos–. Es un cargo francamente cargante que ni siquiera incluyó el ingreso mínimo vital para la inmensa mayoría que lo solicitó. Así que 700 millones para la descarbonización. Y por desalmorzar o descenar, ¿cuánto, oh dioses, cuánto?

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