Es un joven palmero que vive en la calle, cerca de LA PROVINCIA. Barba y pelor largo, sucio, deterioro mental, sin calzado. Habla y bebe solo. Trabajó en el Jardín Canario. Perdió el empleo y perdió todo. Un tío suyo cría conejos en Santa Cruz de La Palma. Ronda los 35 años. Necesita ayuda.
Y como ese joven hay infinidad de ejemplos a lo largo y ancho de la capital. Es una enfermedad silenciosa que se extiende. Hay demasiadas callesde residentes en cartones. Aquí llaman vecinos, alarmados por el deterioro. Y desde aquí se hace lo que se puede: contarlo, una y otra vez.
