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Manolo Ojeda

Cartas a Gregorio

Manolo Ojeda

Oxígeno sostenible

Querido amigo, me cuesta creer que las flatulencias de las vacas contaminen más la atmósfera que los gases que emiten los coches y los aviones.

Pero debe ser cierto porque en Nueva Zelanda, que tiene una cabaña de más de cincuenta millones de rumiantes, genera por esa causa el 40% de las emisiones de gases con efecto invernadero, y cada mamífero emite 90 kilos de metano al año a base de flatulencias contaminantes, lo que supone una polución igual al de quemar 120 litros de gasolina.

Habría que saber hasta qué punto los humanos colaboramos con estos animales a contaminar el aire, y si el tirarse un peo tendría que ser sancionado con una multa…

Seguro que los responsables municipales inventarían un sistema de detección de peos con un detectapeos o pedómetro con el afán recaudatorio que les caracteriza, y ya que en la U.E. somos tan dados a los acrónimos y siglas, se podría crear el “Programa Europeo de Oxígeno Sostenible”: P.E.O.S.

La vergüenza que íbamos a pasar, Gregorio, cuando los extraterrestres se enterasen que la contaminación está producida por el “agujero negro” de los terrícolas…

Como verás, prefiero llamarles peos que pedos, que suena como si estuviera diciendo Bilbado. Por otra parte, también parece que estuviésemos hablando de pedófilos, que no tiene nada que ver y se parece lo que un huevo a una castaña, a menos que estés pensando que hay que darle un castañazo en los huevos a los que abusan de los niños.

Se me ocurre que se podría habilitar un sistema para que los gases que se producen en los establos y chiqueros se recogieran por medio de un extractor, y que los llevara directamente a las empresas de gas ciudad o que los comprimieran en bombonas reutilizables.

Mira por donde, Gregorio, en España tenemos que importar el gas de Argelia que es el más caro de Europa para poder generar la energía que necesitamos cuando tenemos tanto gas desaprovechado. Pero todo es cuestión de poner en marcha ideas tan innovadoras y sostenibles como esta que estoy sugiriendo.

Ramírez era el más viejo de los compañeros que teníamos en la oficina, y no había mañana que no nos obsequiara con un oloroso flato de los de su rica cosecha particular, y como quiera que en aquella época se permitía fumar en el puesto de trabajo, Ramírez aprovechaba para encender un cigarrillo al mismo tiempo que movía la silla intentando disimular el ruido, pero el pestazo lo delataba.

Dicen los científicos que el óxido nitroso, también conocido como el gas de la risa, está presente en casi todos los mamíferos. A ver si va a ser por eso que los peos provocan tanta risa.

Lo que también es cierto es que los dentistas usan ese gas como anestésico con el objeto de hacernos pasar del dolor a la risa, aunque los efectos se te pasan cuando ves la factura…

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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