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Luis M. Alonso

Sol y sombra

Luis M. Alonso

Democracia plena

Es todo lo contrario de lo que mantiene el ministro de Presidencia. Una “democracia plena” la consagra la separación de poderes. Sin independencia judicial, no existe democracia que valga. Solo cabe una elección partidista de los magistrados por parte de las dos formaciones políticas que suman las tres quintas partes necesarias del Congreso para la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial. Me alegra que el Partido Popular, una de esas dos fuerzas responsables de esta anomalía democrática que es la politización de la justicia, haya decidido ahora que sean los propios magistrados quienes designen a sus representantes. El PSOE, en cambio, sigue siendo esclavo de la reforma que introdujo en 1985 para que los partidos asumiesen todos los nombramientos. Desde 1981 y originalmente, la ley atribuía a los jueces la designación de doce de los veinte vocales de su órgano de Gobierno como sucede en otras democracias liberales europeas. Fue entonces cuando Alfonso Guerra, con evidente cinismo, dijo aquello de “Montesquieu ha muerto”.

La diferencia entre Guerra y Félix Bolaños es que el primero sabía exactamente de lo que hablaba. Por eso, califico de cínicas sus palabras. El segundo, al hablar de que en una democracia plena ni los jueces puede elegir a los jueces, ni los políticos pueden elegir a los políticos, da la sensación de no saber lo que está diciendo. O bien de manipular la voluntad de los españoles engañándolos a conciencia. Como quiera que sea, se trata de un ataque frontal al Estado de derecho.

Ofende ver a algunos informadores o analistas molestos por que el PP haya decidido enderezar su rumbo democrático y no siga incumpliendo la promesa electoral de corregir el modelo que introdujeron los socialistas en 1985. El argumento de que la genética de los jueces es conservadora y solo llevaría a mayorías de este tipo es aberrante. Igual que cuando la izquierda se oponía a que votasen las mujeres porque eran de derechas o estaban influenciadas por sus maridos.

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