La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El ojo crítico

Bienvenido, señor Zapatero

La visita que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero realizó hace unos días a la finca El Poblet, sede del Gobierno de la Segunda República del 28 de febrero al 6 de marzo de 1939, fue un paso más en la recuperación definitiva para el socialismo español de la figura de Juan Negrín, último presidente del Gobierno legítimo antes de que el golpista Franco se erigiese como dictador durante casi cuarenta años.

Ubicada en Petrer, a 35 kilómetros de Alicante, el Gobierno de la República eligió El Poblet -a la que dio el nombre en clave de Posición Yuste - por medidas de seguridad y por su cercanía al aeródromo de Monóvar desde donde Juan Negrín partió en la tarde del 6 de marzo de 1939 con parte de sus ministros y personal de confianza. Pasaron muchos años hasta que otro socialista caminó de nuevo por las modestas estancias de la que fue sede del Gobierno de la República. Pero no me refiero a José Luis Rodríguez Zapatero.

En noviembre del año 2011, mi padre, Miguel Ull Laita, presentó en la Conselleria de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana un escrito por el que solicitaba la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) como Conjunto Histórico de El Poblet/Posición Yuste, como también había hecho el Ayuntamiento de Petrer, pero con la categoría de Sitio Histórico. Al principio existieron dudas sobre qué hacer con la última residencia de Juan Negrín. Me refiero a la Generalitat. Mi padre lo tenía muy claro: debía ser declarado BIC a toda costa. La Jefa del Servicio de Patrimonio Cultural de la Dirección General de Patrimonio Cultural, Consuelo Matamoros de Villa, respondió el 21 de noviembre de 2011 en el sentido de que quizá una primera valoración llevaba a pensar más en una declaración de Bien de Relevancia Local pero que en cualquier caso se estudiaría la solicitud para comprobar si dadas sus excepcionales características debía convertirse en el inmueble de “ mayor relevancia en relación a la Guerra Civil en todo el ámbito territorial de la Comunitat Valenciana”.

Cuando El Poblet fue incautado por el Gobierno de la República se convirtió en Hospital de Sangre, guardería de niños, cobijo para refugiados que huían de los bombardeos de la aviación fascista y en su edificio anexo guarnición de soldados. Después de la guerra la propietaria recobró su propiedad y durante los veranos fue utilizada por sus herederos, los hermanos Eliodoro y Francisca Gras Beltrán, si bien en los últimos veinte años ha estado deshabitada, aunque en buen estado de conservación. El 12 de diciembre de 2019 fue declarado BIC mediante el Decreto 254/2019 de 20 de noviembre del Consell.

Hace unos días, cuando vi las imágenes del expresidente Zapatero en El Poblet, reconocí de manera inmediata los lugares por los que caminaba tanto por el jardín como en las estancias del interior. Como he dicho antes Zapatero no fue el primer socialista en entrar en esta casa desde que terminó la Guerra Civil. En el año 2007, si mi memoria no me falla, mi padre visitó por primera vez, en compañía de un compañero médico, la finca El Poblet. Cómo consiguió que les permitiesen la entrada es un misterio. Algo habitual, en cualquier caso, tratándose de mi padre. Gracias a su educación y a su saber estar, que le permitió poder moverse en cualquier clase de ambiente, mi padre visitó casi en soledad el último trozo de suelo español donde existió la Segunda República. Cuando mi padre me lo comentó sabía a qué se refería. Hasta hace no muchos años era un lugar desconocido para buena parte de la izquierda española. No digamos entre los jóvenes socialistas. Yo había tenido, desde mediados de los años 90, noticias de su existencia por referencias dispersas que había leído en ensayos sobre la Guerra Civil y, sobre todo, gracias a los libros de recuerdos de los protagonistas de aquellos años. En algunos de los seis volúmenes que componen El laberinto mágico de Max Aub, en La Arboleda Perdida de Alberti y tiempo después en Memoria de la melancolía de Maria Teresa León.

Mi padre regresó de nuevo en el año 2009 a El Poblet, una soleada mañana de primavera, en compañía de Glicerio Sánchez, historiador y profesor de la Universidad de Alicante y del también historiador Ángel Viñas. Tengo delante de mí, mientras escribo estas líneas, las fotografías de aquel día. Que el expresidente Zapatero conociese de primera mano la Posición Yuste no solo va a contribuir a recordar la figura de Juan Negrín sino sobre todo a terminar de romper de manera definitiva esa absurda mentira franquista de que Negrín estuvo al servicio de los comunistas que, de manera lamentable, fue creída durante años por buena parte del socialismo español.

En una de las fotografías aparece mi padre, sonriente, sosteniendo un teléfono muy antiguo que estaba en una de las habitaciones y que por su aspecto debía datar de la época de la guerra. Mi padre aseguraba que, en este teléfono, casi con seguridad, Juan Negrín recibió la llamada del Coronel Casado comunicándole que se había sublevado en Madrid. Yo también lo creo así.

Compartir el artículo

stats