La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Observatorio

¿Y para cuándo mis microchips?

Por si la pandemia no nos hubiera sacudido lo suficiente, nos encontramos desde hace meses sumidos en una de las mayores crisis de desabastecimiento global de materias primas que hayamos vivido nunca. La situación afecta a sectores dispares como el de la madera, el plástico, el metal y los semiconductores, pero todos tienen similitudes sobre las principales causas que la provocan: pandemia, deslocalización productiva y estrategia proteccionista china.

La escasez de materia prima está incrementando los plazos de entrega y triplicando su precio de compra. Según el Banco Mundial, si comparamos el segundo trimestre de 2021 con el de 2020, materias primas como el aluminio, el cobre y el caucho RSS3 han visto incrementado su precio en un 60,21%, 81,39% y 61,03%, respectivamente. Unas subidas inasumibles que los fabricantes acaban repercutiendo en el consumidor final.

Uno de los sectores afectados por esta crisis que más minutos y páginas ha acaparado en los medios es el del automóvil, especialmente por las dramáticas consecuencias que está dejando en sus líneas de fabricación la escasez de semiconductores (o microchips). Una rotura de estoc que provoca que empresas como Seat tengan que aplicar un nuevo erte, que puede llegar a afectar hasta a 1.300 empleados diarios y que plantea una curiosa realidad: un componente que se mide en nanómetros condiciona la fabricación de todo un vehículo. Su uso está completamente generalizado y forma parte de nuestras vidas aunque en muchos casos no seamos conscientes: airbags, sensores, control de crucero, nevera, lavavajillas, televisores, smartphones…, por lo que en un mundo digitalizado (y cada vez más), los semiconductores son un bien muy preciado. Pero, ¿qué es lo que nos ha llevado a esta escasez de microchips?.

Una de las medidas implementadas para paliar los contagios por covid-19 fueron los confinamientos, que en el sector del automóvil provocaron una caída de ventas. En los primeros meses de la pandemia, las ventas de turismos en la UE cayeron un 55,1%, siendo los territorios más afectados el italiano (-72,2%) y el español (-69,3%). Situación que obligó a las empresas automovilísticas a paralizar sus líneas de producción y los pedidos a proveedores, en los que se incluían los semiconductores. Una inmovilización de estoc que obligó a los fabricantes a tener que reorganizar su distribución a sectores en auge por los confinamientos: el de la electrónica de consumo. Y es que, a raíz del incremento del teletrabajo y de la educación online, las ventas de tabletas y ordenadores se dispararon y, con ello, la necesidad de microchips para su fabricación. Así, cuando las medidas de confinamiento empezaron a relajarse y el sector de la automoción fue incrementando su actividad, se encontró sin estoc y con las dos principales empresas que fabrican los microchips saturadas, intentando cumplir con una demanda mundial que pretendía recuperar los meses de inactividad.

Porque a día de hoy son solo dos empresas, TSMC (Taiwan) y Samsung (Corea del Sur), las que pueden fabricar los microchips de última generación. Un oligopolio productivo que pone en jaque al resto de países, que deben mantenerse en un segundo plano viéndolas venir. Europa es un claro ejemplo de las consecuencias que ha tenido la deslocalización del sector. En los últimos 30 años ha pasado de fabricar el 44% de los microchips consumidos en el mundo a tan solo el 9%. Una pérdida de relevancia que provoca nuestra más absoluta dependencia y que, aunque se están realizando nuevas inversiones para fomentar la fabricación en territorio europeo, no empezarán a ver sus frutos hasta dentro de, como mínimo, cinco años.

Por si todo esto no fuera suficiente, la estrategia proteccionista de la mayor potencia comercial del mundo agrava la situación. China no es productora principal de semiconductores, pero sí lo es de electrónica de consumo, lo que le obliga a importar cantidades desorbitadas de estos componentes. Un acopio de estoc incrementado para evitar situaciones de rotura como las vividas en Europa. Solo en junio de 2021, ha importado un total de 38.000 millones de dólares en semiconductores (un 29% más que en el mismo mes del año pasado), por lo que parte del estoc se está quedando en su territorio.

Así que es difícil, a día de hoy, determinar cuándo dispondremos de microchips, más aún teniendo en cuenta todos los factores que condicionan al sector. Eso sí, cuando escuchemos hablar de falta de estoc, deberemos ser precisos, pues no es que no haya estoc, si no que el que hay está en posesión de un gigante como China.

Compartir el artículo

stats