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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Calviño y Díaz, dos para el despiste

Hay morbo por ver a las vicepresidentas Yolanda Díaz y Nadia Calviño tirándose de los pelos y con rictus de desplante en sus rostros. Sus diferencias de enfoque por la reforma laboral no pueden acabar en un simple mail sobre las disparidades en cuanto al contenido y la metodología. Demasiado tecnocrático y desprovisto de pasión para una país donde hay que currarse la envidia y el rencor para ascender por la escalera de Buero Vallejo. Pero al contrario de lo habitual, las dos miembros (o miembras) del gabinete de Pedro Sánchez son hipercorrectas, amables, empáticas y con un rigor mental que las aleja de manera equidistante de los vicios terrenales del encono y el enfrentamiento. Existe por tanto cierta frustración en la carnicería por falta de cuchilladas. No quiere decir que sean seres inmaculados y vírgenes en la ambición, que seguro que la tienen y en grandes dosis, pero son muy florentinas en lo que se refiere a la exposición pública de las desdichas que van en el sueldo de sus respectivas responsabilidades. La tropa informativa (o desinformativa) anda empeñada en aplicarles un viejo esquema dicotómico, que tuvo cierto éxito en el pasado, sobre todo cuando los primeros gobiernos de Felipe González: los chicos de la pana tenían que irse despojando poco a poco del ideario a medida que aparecía la OTAN, por citar la metamorfosis más traumática. Solchaga y Boyer serían los chivos expiatorios de la traición a las esencias. En la circunstancia actual, Calviño respondería a los intereses de la ortodoxia europeísta, mientras que Díaz sería la defensora natural de los obreros y la que realmente quiere «derogar» la reforma laboral del PP. El problema de fondo, de ser así, podría estar en estado de contención por petición del propio Pedro Sánchez, aparte de muy bien dominado por las protagonistas principales en cuanto a la exhibición de sus impulsos emocionales. Una constricción diplomática, de alumnas bien aplicadas de colegio de pago, que despista y que pone en cuarentena la idea de que la coalición se resquebrajara por ellas dos.

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