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Manolo Ojeda

Cartas a Gregorio

Manolo Ojeda

Einstein y la teoría del pasotismo

Querido amigo, puede que las culpas de que los jóvenes de hoy sean tan pasotas las tengan sus padres por ponerles las cosas demasiado fáciles, comparado con las dificultades que tuvimos los jóvenes de nuestra época, que nos vimos obligados a luchar contra la dictadura franquista y a una postguerra en la que cada uno tuvo que buscarse la vida por su cuenta.

Pero esa desidia puede que la paguen sus propios hijos, es decir, nuestros nietos, que van a tener que luchar por recuperar los derechos que sus padres han perdido.

Cuando mis hijos me preguntan por lo que les depara el futuro, les contesto con la misma pregunta, porque son ellos los que tienen que defender sus derechos, como hicimos nosotros en los años sesenta y setenta.

Eso, o pensar que la vida es cualquier cosa menos el principio o el final de nada, Gregorio. Una especie de «Gran hermano» pensado para que lo vea alguien que tampoco existe.

Quizá, los pensadores de otros tiempos y los de ahora, hayan inventado la filosofía por conformarse ante la impotencia que supone ver un universo que, a pesar de tenerlo delante de las narices, no logran entender.

Tampoco se entiende lo de «Solo sé que no sé nada» que decía Platón ante la sabiduría de Sócrates, porque mucho hay que saber para llegar a esa conclusión. En todo caso se puede entender a Einstein, cuando dice algo así como que nada es lo que es ni tampoco lo contrario, porque todo es relativo.

Si la erupción de Cumbre Vieja es un drama para los que han perdido sus casas y sus tierras, también podría convertirse en una gran oportunidad para los afectados, siempre que el Cabildo de La Palma les permita mantener la propiedad de sus fincas y les ayude a que vuelvan a ser lo que eran por medio de una sorriba.

No me gusta la fiesta de Halloween, una celebración importada que tampoco se entiende en una época de pandemia como la que estamos sufriendo, ni soporto la bulla de la gente en las terrazas de la calle, pero, a pesar de las razones de los vecinos, hay que considerar los argumentos de los profesionales de la restauración que viven de esa actividad.

Parece lógico que la raza humana se guie por la razón, lo que significa igualdad de derechos y obligaciones entre distintos sexos y razas, pero resulta que nunca hemos sido iguales ni lo seremos. No pasa lo mismo en el reino animal ni vegetal, donde cada especie defiende sus intereses y los impone por la fuerza. Es la diferencia que hay entre lo que se consigue por la capacidad física y la mental, pero, ni los animales luchan en igualdad de condiciones físicas ni los humanos tenemos la misma capacidad mental. Habría que tener, entonces, algo más de animal para ser un poco más humano…

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

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