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Expresión rítmica y artística: eSports y vídeojuegos

La combinación de ejercicio físico con la música más auténtica acompañado de ritmo y coordinación nos puede inducir a plantearnos una duda: el cómo se enfoca, porque cuando hablamos de ejercicio físico, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la acción de correr, que, por otro lado, no deja de ser cierto que es la manera más popular de «vender el estar en forma», sin embargo caeremos en un error si pensamos que esa es la única vía.

La expresión rítmica y artística (y nos centramos en el baile a partir de ahora) se puede orientar hacia la mejora de la condición física de la persona desde varias perspectivas y grados. La principal baza que tenemos para hacerlo es el uso de nuestro propio cuerpo, ya que éste representa un conjunto que hay que trabajar con vistas a obtener un dominio sobre él, para así poder explotar sus múltiples posibilidades de mejora y perfeccionamiento.

Para poder complementar la primera parte mencionada debemos citar un elemento importantísimo que es el soporte musical, que, independientemente del estilo (funky, pop, disco, jazz...) cobra gran protagonismo debido a las cajas de ritmo que posee. Y cuando hablamos de videojuegos, el público masivo que lo consume globalmente, pues su importancia es aún mayor. Se trata de bailar, de moverse, de experimentar sensaciones que nos hacen sudar, y de verdad.

En cuanto a la parte competitiva de los videojuegos, los eSports, tenemos un deporte electrónico (ya reconocido mundialmente) como puede ser el «Just Dance», el cual derriba otro mito (y van…) que decía que en los eSports no había componente motor, o que escasamente se ejercitaba el cuerpo, o que eran sedentarios, y más definiciones que solo buscan minusvalorar. También porque a nivel de un magnífico marketing de consumo de masas, los eSports más clásicos tales como League of Legends, Fortnite, Dota, etc.; pues tienen esa imagen distorsionada que no corresponde a la realidad de los deportes electrónicos.

Aquí se baila, se juega y se compite. Esto también son los eSports, por lo que su consideración se debe tener igualmente en cuenta. Sin embargo nosotros hablamos de la parte de la ejercitación, ya que el cuerpo se ve sometido a un continuo trabajo físico porque se ha de adaptar al tipo de música de la que hablamos, y eso requiere la puesta en movimiento de todos los segmentos corporales que engloban el mismo dependiendo de la música o estilo que se baile, de hecho, el Funky, por poner un ejemplo de ritmo y estilo musical, nos invita a movernos con tan solo oír sus acordes.

Hemos de decir, humildemente, que la era digital en la que vivimos con los videojuegos y los eSports, es sinónimo de masas (literalmente), no es ajeno a nadie con cierto conocimiento en este sector que no tenga noción de cifras, datos que se mueven a nivel de facturación y las prospecciones que hay para los próximos años. Abrumadoras. No es de extrañar que, por ejemplo, el Just Dance, que cautiva a millones y millones de personas a nivel mundial, ha entendido, y muy bien, que la gente quiere moverse.

En plena pandemia COVID se multiplicó exponencialmente su consumo, ya sea personas solas o en compañía. Una clave esencial es la música, ya que esta es actual y se mueve con los tiempos que vive fundamentalmente la juventud, que es el grupo poblacional que mayoritariamente consume esta modalidad de eSports.

En definitiva, en los videojuegos especializados en baile hay actividad física, hay movimiento, hay gasto energético. Se suda, y cuando hablamos del lado competitivo, pues mucho más porque se quiere ganar y eso requiere esfuerzo, eso requiere entrenamiento, preparación, práctica y más práctica para dar lo mejor en cada fase del campeonato, que si no se había mencionado anteriormente, los eSports de baile tienen su campeonato del mundo. Ahí es nada.

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