Nos propusimos no hacer más drama de lo que ha sido, despedir a quien tanto hemos querido. En la familia cada cual ha gestionado su dolor como ha podido. Pasando de puntillas, cuidándonos unos a otros, pero sabiendo bien en lo que estábamos. Para escribir esta columna he pedido la complicidad de mis hijos, no quiero causar más dolor que el que hemos sufrido. Estoy hablando del fallecimiento de Francisco Izquier mi cuñado pero para la familia Ayala algo mucho más que eso, un hermano y hasta un padre. Paco es el marido de mi hermana Carmen la mujer que lleva más de doce meses dándonos lecciones de arte, de disimulo, poniendo coto al dolor. Creo que es la segunda vez en muchos años que le dedico mi espacio dominical a alguien de la familia pero Paco merece ocuparla hoy. Fue marido, padre y hermano con capacidad para acompañar en silencio, sin hacer ruido. Sus hijos, mis sobrinos, Alby, Arán y Jorge han sido los nuestros y los nuestros, Ada, Adai, Miki, han sido los suyos, sus primos, sus hermanos, su todo. Inma, Alicia, Carmen y yo los hemos cuidado y los cuidaremos siempre aunque ya se cuidan solos. ¿Y como era Paco?, una persona que tenía debilidades que unos compartían y otros menos, el PSOE y el Real Madrid principalmente pero de eso no hablaba salvo cuando lo chinchaban mucho, aunque bien sabía con quien podía hablar de una cosa y de la otra. Conmigo solo de los socialistas pero del Madrid con sus hijos y Adai, el madridista de mi casa. Amaba a mi hermana tanto como mi hermana a él. Ella lleva poco más de un año haciendo méritos para ganar un Oscar a la mejor actriz.

Quiero dedicarle un cariño especial a las personas que le hicieron muy feliz, sus nietos. Óscar, Paula, Lucía y Nira.