La Provincia - Diario de Las Palmas

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Ver, oír y gritar

Año nuevo. ¿Nuevo?

El mago Sánchez cabalga en camello con las cuentas públicas de 2022 y la intención de terminar la legislatura el año que viene. El Gobierno de coalición piensa, luego existe en medio de los alaridos habituales. No es igual ser oposición que patalear desorbitadamente y con corbata de colegio de pago. La buena educación de algunos es pésima. Anhelan una inestabilidad política que no van a encontrar fácilmente por mucho que hagan todo lo posible. Para Casado el Negativo (en cuarentena por dar positivo) y quienes giran alrededor es frustrante que se pueda ir consolidando poco a poco la recuperación económica y social con ayuda de los fondos europeos y el propósito de desarrollar proyectos transformadores.

Algunas autonomías del PP, gobernadas en su momento con Cs, como Castilla y León, Madrid y Murcia, circulan sin el partido de Arrimadas o con el aliento de Vox. Veremos qué ocurre en Andalucía. Ciudadanos, en representación del IBEX 35 (formado por las empresas con más liquidez), cuyo príncipe inicial fue Albert Rivera, rechazado posteriormente, ha ido cumpliendo su misión de salvar del declive electoral a Casado, y ahora el Partido Popular pretende la total extinción del grupo naranja y recoger los restos del galopante naufragio. La lideresa Inés quiere oxígeno y sobrevivir. Pero los dulces navideños y las papeletas de lotería se esfuman.

Uno de los principales retos es dejar atrás (de verdad) la pandemia que sigue golpeándolo todo. Eso o la cronicidad del problema. ¿No era predecible lo que está ocurriendo en esta guerra contra el virus? Porque entre vacunas y torpezas anda el juego. Las bombas caen y esto es un «sálvese quien pueda». En tanto, grandes grupos económicos se benefician. Véanse las industrias farmacéuticas, que dominan la situación y controlan con su poder a los Estados.

Obtienen financiación pública, pero manejan la producción y distribución de vacunas y medicamentos. Y es que la solidaridad internacional es imprescindible para eliminar la situación epidemiológica u otras cuestiones indeseables. Por ejemplo, el cambio climático, circunstancia que requiere una reconversión energética que no puede esperar y esperar. Así, los avances necesarios brillan por su ausencia, en el marco de una débil democracia liberal, o caminan a paso de tortuga. Interesadamente.

Como somos muchos, muchos sobran, y los más débiles siempre pagan las consecuencias. O sea que los poderes económicos imponen la ley del más fuerte. Y los gobiernos, gestores de esos intereses, cumplen más o menos el reglamento, lo que se llaman «leyes del mercado» en perjuicio de un bien común que debe estar por encima de los beneficios privados y meramente comerciales.

Los retos importantes en el año que arranca, con permiso de la descontrolada pandemia, se ubican principalmente en el crecimiento económico y la prosperidad del turismo. La reforma laboral necesita que el Parlamento la avale y se cumpla el equilibrio que establece Bruselas con objeto de que los fondos de recuperación no corran peligro. El volcán de La Palma se apagó y son necesarias las ayudas para reconstruir y recuperar.

Entre otras materias, se espera una reforma fiscal progresiva, que rebaje algo los impuestos a los trabajadores y a las pequeñas y medianas empresas y los aumente a las grandes fortunas y corporaciones. Un ejemplo de justicia solidaria que deberían agradecer algunos como forma de redención. Por supuesto, hay más erupciones. ¿Se irán sofocando y mejorará el paisaje progresivamente? ¿Traerá el roscón gratas sorpresas que contribuyan a allanar el camino en este 2022 con nuevo ciclo en las urnas a partir del 28 de este mes? El de la cuesta de enero con más escalada de contagios.

Casado, en clave nacional, quiere dirigirse por el pasillo hacia la Moncloa. La comunidad castellanoleonesa abrirá un tiempo de campaña electoral continua, de la que nunca nos alejamos. A nadie le extraña el estragamiento político de la gente. En fin, que Melchor, Gaspar y Baltasar no regalen carbón a los malos o a los negacionistas del calentamiento global con sus efectos secundarios, sino energías renovables y cordura.

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