La Provincia - Diario de Las Palmas

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Marrero Henríquez

Escritos antibélicos

José Manuel Marrero Henríquez

Nueve

Nopólemo escribe el título Nueve porque va a escribir el escrito antibélico número nueve y no se le ocurre nada sobre lo que escribir que tenga un contenido antibélico. Así que escribe «nueve» con la esperanza de que de ese título surja algo de lo que tratar y que le dé pie para adentrarse en un asunto relacionado con la guerra y con la paz, aunque sea de manera remota. Nopólemo piensa y repiensa y nada de interés se le viene a la cabeza.

Al cabo de un rato paralizado frente al ordenador se le ocurre buscar la etimología de la palabra a ver de si de ella sale algún hilo del que tirar. Pero la etimología de nueve lo conduce a la voz latina novem, que no encierra ningún misterio y que significa simplemente ocho más uno, o diez menos uno, es decir, nueve. Después, no sabe bien ni cómo ni por qué, Nopólemo termina viendo un vídeo de youtube que elucubra sobre el parecido de las palabras nueve y nuevo en español y en muchos otros idiomas: nove y novo en portugués, nou y nou en catalán, neuf y neu en francés, neu y neun en alemán, nuovo y nove en italiano.

La explicación de esa curiosa coincidencia que da el vídeo de youtube es la de que si se monta un sistema de numeración sobre la base ocho (hay ocho huecos entre los dedos de las dos manos), al contar nueve habrá que considerar que ese número es nuevo porque inicia una nueva agrupación de ocho. Tal hecho debió quedar inscrito en una lengua antigua, una suerte de indoeuropeo que luego derivó en las lenguas modernas, y en todas ellas permaneció grabada esa antigua relación de nueve con nuevo.

Nopólemo se pregunta a quién se le ocurre agrupar de una manera que no sea de diez en diez, como hacían los egipcios y como sucede con el sistema métrico decimal. La respuesta es sencilla, a mucha gente. Las civilizaciones centroamericanas usaron la base 20, en el Perú la base 2, en la península arábiga la base 60, en la antigua estepa la base 6. Incluso en la Edad Media y en lo que hoy es Francia se usó la base 20, por eso en francés ochenta se dice «quatre-vingts», es decir, cuatro veintes, y noventa y uno se dice «quatre-vingt-onze», es decir, cuatro veintes y once.

Nopólemo también se pregunta qué tiene que ver este asunto del nueve y lo nuevo con la paz y con la guerra. Como la explicación de la relación de la palabra nueve con la palabra nuevo sustentada en la agrupación de números en base 8 es al mismo tiempo lógica y una hipótesis sin corroboración posible, Nopólemo considera que la relación de las palabras nueve y nuevo y la relación de éstas con el tema de la paz y la guerra puede también hallarse en una idea lógica y al mismo tiempo hipotética y sin corroboración po- sible.

Nopólemo encuentra la solución: para pensar en el porqué del parecido de las palabras nueve y nuevo en español, inglés, portugués, alemán, francés e italiano, para detenerse a ver vídeos de youtube sobre ese asunto que tanto interés le concita, hacen falta tranquilidad, sosiego, calma y quietud. Y, como es sabido, todo ello requiere de paz, concordia, conciliación, acuerdo y amistad. Sería impo- sible cavilar sobre esas cosas con el alma en vilo por el miedo a morir o a ver morir a los se- res queridos con violencia de guerra.

El excurso de Nopólemo sobre el nueve no ha sido una divagación frívola sino un canto a la paz y a la concordia, tan imprescindibles para ser feliz como imprescindible es una base numérica en la que agrupar números de ocho en ocho para que el nueve sea el número nuevo y, a partir de ahí, contar al infinito. Y concluye Nopólemo: sin duda el nueve es, aquí y ahora, la nueva metáfora de la fraternidad entre los pueblos.

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