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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

La Teoría del Reemplazo, el abismo

Los nazis iluminaron su delirio con la teoría del espacio vital frente a la conspiración extensiva de los judíos, para llegar finalmente a la solución final. Décadas y décadas después todavía nos preguntamos cómo cuajó el Holocausto. Payton Gendron, que podía haber sido uno de los bisontes que entró en el Capitolio de los EEUU, eligió una fórmula más drástica para expresar su ideas supremacistas: meterse en un supermercado de Búfalo y proceder con una matanza racista que se saldó con diez víctimas mortales. La bestia dejó su baba por la redes sociales que frecuentaba, y que son el altavoz y el intelecto ulcerado del Partido Republicano que añora a Donald Trump. Entre los esputos defecados por el fanático Payton Gendron, el juguete más llameante del Ku Klux Klan del siglo XXI: la Teoría del Gran Reemplazo, el bulo de que la población blanca está siendo sustituida por inmigrantes y minorías más fáciles de manipular (se supone que electoralmente) por las élites de izquierda. La inventiva remite al modelo de la antigua conspiración llevada a cabo por los judíos para dominar el poder económico e influir en la política. En este caso, los republicanos y sus tentáculos en las televisiones por cable, dígase la Fox, introducen la variante de que el movimiento del recambio o reemplazo poblacional está promovido por la izquierda y madurado concienzudamente por la élite comunista, aunque al final acaben en el pack acusatorio hasta los democratacristianos. Al igual que ocurrió con el nazismo, volvemos a preguntarnos qué está pasando para que cada vez más personas se apunten a esta basura, sin valorar que constituye el nutriente básico para dramas como el de Búfalo. No hay que observar el suceso de EEUU como una rareza específica de una sociedad muy polarizada. Hay que vigilar con atención los movimientos de la ultraderecha en Europa, donde la crisis de la guerra de Ucrania ha dado paso a una hambruna que acelerará los flujos migratorios y la consiguiente resistencia. Esperemos que esta bocanada de ira no se pose (o vuelva) al viejo continente.

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