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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

El chapapote de la Dependencia

El informe del Diputado del Común sobre la Dependencia en Canarias (2021) da cuenta de un modelo fallido, penoso en cuanto al cumplimiento de los plazos para aprobar las ayudas, desorbitadas esperas para las valoraciones de los afectados, carencia de residencias... Un oceánico maremágnum que, por si fuera poco, subraya sin apósito el fracaso del plan de choque que la consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana (Podemos), puso en marcha para paliar este agujero negro. La Diputación de Rafael Yánes no se anda con chiquitas y avisa de un escenario «dantesco» para los mayores en Canarias, amortajados entre la soledad, la falta de movilidad y las limitaciones económicas. Una infravida que podría ser peor todavía sin el salvavidas familiar, donde no faltan hijos que renuncian a sus trabajos para asistir a sus padres. También iría a más si no fuese porque un porcentaje relevante de personas ya no se toman ni la molestia de tramitar el expediente: o han oído a través de otros sobre quistes inaccesibles y legendarios en las entrañas burocrácticas, o bien escucharon de extrañas cartas que viajan desde el más allá (cuatro o cinco años atrás) para comunicar la cancelación del expediente por la muerte del peticionario. De esta manera, el sistema ha puesto en marcha un filtro que consigue, por un lado, una desmoralización notoria, y por otro, una criba perversa unida al desgraciado ciclo biológico del humano. Y no abundo en detalles. Este chapapote donde se entremezcla la incapacidad política, el ninguneo presupuestario (menos carreteras y más mayores), el postureo político, la inacción técnica, la mentira al ciudadano, la desatención a las familias, la orfandad de los hijos y nietos ante el drama... Todo y más no pueden desviarse de un consuelo: la dimisión, que se vaya porque esto es un auténtico desastre, un caos y una erosión absoluta del modo de vida de los isleños. No hay nada más que asomar la cabeza fuera del despacho para ver la obviedad: los mayores están bajo el yugo de unos políticos mediocres, pero ávidos de poder.

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