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Fernando Canellada

Azul atlántico

Fernando Canellada

Una cita presencial en El Pino

Después de dos meses de espera por una cita presencial llegó el momento de la atención. A las 9.30 horas del día 8 de junio. Sala de espera de la consejería de Derechos Sociales del Centro Sociosanitario de El Pino. Tras un primer guardia de seguridad que en la puerta pregunta si hay cita previa, otra funcionaria tras un cristal revisa en la lista que maneja y resuelve con eficacia: Al fondo del pasillo, siéntese y espere, que salen a llamar. Dos hileras de sillas blancas vacías esperaban. Sentado, solo, sin más citados previos, pasan los minutos y corre el reloj. En verdad, que son unos minutos más tras 60 días de espera por este momento. Por la puerta más próxima salen y entran funcionarios, empleados, interinos, jefes y subalternos, sin cesar. Y sindicalistas se su pone. Cafés en la mano. Sonrisas, tertulias y buen rollo. Una demora 20 minutos sin que nadie saliese a llamar a nadie, se entendía. Servicios Sociales están desbordados. Una amable joven, que se disponía a entrar, mira al que espera y dice buenos días, lo que da pie a preguntar: «No soy de este departamento, pero me intereso por su cita». Al instante aparece una funcionaria y llama al citado previo. Nueva sorpresa. En la sala, prácticamente vacía, diez puestos de trabajo, nueve sin funcionarios ni ciudadanos. Solo dos mujeres en una mesa.

Llega la hora de la verdad. La funcionaria insegura, a la defensiva y con evasivas. Lo que habían anunciado al teléfono se lo lleva el viento. Reclame, dice, e invita a que lo cuente a la prensa. Ya les resbala, pero estas líneas responde a esa prescripción funcionarial.

Después de unos años de pasillos, citas y colas por El Pino, se entiende que el problema de los servicios sociales del Gobierno de Canarias no solo se encuentra en los políticos. La solución depende de trabajadores y trabajadoras, y de la sociedad canaria. A grandes males, grandes remedios. La política es ante todo servicio a los ciudadanos. Hay que garantizar una buena gestión. Un tercio de los recursos de nuestro país lo administra el sector público y debe ser eficiente. Todos vocean, cuando llega el momento: se aprueban «los presupuestos más sociales de la historia». El resultado se repite: más dinero, más empleados públicas y la misma ineficiencia.

En ocasiones el excesivo ruido informativo. aún mayor con el amplificador las redes sociales, hace difícil atender a lo que resulta verdaderamente relevante. Deben proponerselo como en el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, que ha aprobado por unanimidad de Más Madrid, Recupera Madrid, PSOE, Ciudadanos, PP y Vox, una transformación del viejo modelo de servicios sociales diseñados en los años ochenta por un nuevo sistema para el siglo XXI. Tras una amplia participación, el acuerdo se ha centrado en soluciones concretas, 114 medidas contenidas en un documento.

Canarias parte de una situación dramática y descorazonadoras con sus servicios sociales. No es optimista quien niega la realidad, sino el que sabe que, aunque la vida está llena de problemas, podemos superarlos entre todos. Si los ciudadanos quieren, dignificar los servicios sociales de Canarias es posible.

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