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Antonio Balibrea

El mundo por de dentro

Antonio Balibrea

La nueva OTAN de la guerra fría

Vladimir Putin no vencerá”, como ha pronosticado Pedro Sánchez, pero tampoco será derrotado, añado yo, contra el pronóstico de los secretarios de Estado y de Defensa norteamericanos. No hay potencia nuclear que pierda una guerra. ”Dicho sin rodeos,…. expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la guerra fría» advirtió George F. Kennan. (ver “Estrategias de largo alcance” INFORMACIÓN. 23-IV-2022. Antonio Balibrea). El enfrentamiento Estados Unidos, Europa, Rusia va a condicionar fundamentalmente la Estrategia de Seguridad Nacional de Biden, a la vez que refuerza su popularidad interior, - y de la OTAN- y revive la situación de contención de la época de la Guerra Fría. El embajador norteamericano Kennan, padre de la política de distensión con la URSS, ya declaró en 1998 que “esto era el comienzo de una nueva guerra fría”. Con ella, están desapareciendo la distensión y la colaboración entre países de los antiguos bloques. Si los monopolios de las energías no renovables están en el origen de la inflación, las causas de la inflación subyacente hay que buscarlas en la partición del globo en áreas de influencia- la desglobalización- y la consiguiente reducción del comercio mundial con el encarecimiento de numerosos productos. Tenemos para años.

La tendencia imperial de la Rusia de Putin no es solo una vocación del nuevo “zar”, también es hacia donde le empuja el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN. Rusia pasa de considerarse un “socio estratégico”, como se le calificaba en 2010, a ser la «amenaza directa y mas significativa”; China es descrita como un «desafío sistémico» por primera vez y Europa anuncia el mayor despliegue de tropas desde la guerra fría. Tras la invasión de Ucrania, Finlandia y Suecia. dos naciones con una larga tradición de neutralidad, ingresan en la OTAN y añaden 1.300 kilómetros de frontera entre la Alianza y Rusia. Casi todo el mérito es de Putin que calculó fatal. Con la nueva Estrategia se sumarán hasta 300.000 militares. Además, Washington reforzará a los países de la alianza con dos destructores en Rota, la apertura de un cuartel general en Polonia, una brigada rotativa en Rumanía, nuevos despliegues rotativos en los estados bálticos y un refuerzo de la defensa aérea en Alemania e Italia, y dos escuadrones F-35 adicionales al Reino Unido.

Los anuncios de la Cumbre en Madrid han sido un respiro de algunas de las tensiones que recientemente expusieron las fisuras entre los aliados de la OTAN. En una cumbre del G-7, democracias industrializadas, a principios de esta semana, los líderes no pudieron ponerse de acuerdo sobre los detalles para imponer precios máximos al petróleo ruso. También han surgido desacuerdos significativos entre algunos de los países de la OTAN sobre cuánto presionar para poner fin a la guerra en Ucrania- “sin humillar a Putin” declaró Macron- y cómo continuar apoyando al asediado país frente a las repercusiones económicas que está teniendo en Europa. China está observando de cerca la guerra de Rusia en Ucrania, dijo Koichiro Matsumoto, subsecretario de asuntos públicos del gabinete japonés y estudiando sus implicaciones, particularmente en relación con los planes de China sobre Taiwán. “Dejamos muy claro en la cumbre del G-7 que no debemos permitir que ningún país saque lecciones equivocadas de la agresión de Rusia en Ucrania”, dijo Matsumoto. “Debemos mantenernos firmes y aplicar el máximo nivel de sanciones que podamos acordar”.

La alternativa que le queda a Rusia, en su opción imperial, es según escribió Zbigniew Brzezinski, (ver “Rusia, entre el imperio y la democracia” INFORMACIÓN. 15-I-2022. Antonio Balibrea) es una contra alianza que incluyera algún tipo de coalición euroasiática anti EE.UU. y para eso apoyará a China, que sigue reivindicando y acosando a Taiwan, si llega el caso; y a Irán, que sigue sin acordar la limitación de armas nucleares, tras la ruptura de Trump. En esa tripleta, mandaría China. Con Ucrania en guerra las piezas claves que quedan para aumentar la influencia en Asia Central y controlar los yacimientos de gas, petróleo, metales, incluso oro son: Armenia, Georgia y Uzbekistán. Turquía es una potencia geoestratégica en esa zona del mundo, aún queda influencia del imperio otomano, y paso obligado de gaseoductos y oleoductos desde el Mar Caspio a Europa. EE.UU. podría presionar a favor de culminar la admisión de Turquía en el Unión Europea; al fin y al cabo, ha levantado el veto a la ampliación de la OTAN. Y es casi tan iliberal como Hungría con Orbán.

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