Adiós mi querido Félix Santiago. O mejor, hasta siempre amigo. Tu legado vivirá siempre, no solo en la memoria de los que te conocimos y apreciamos como amigo, sino también en la de miles de familias para las que generaste un empleo digno y con los que siempre tuviste una amable sonrisa, un gesto de bondad y sobre todo una mano desinteresada. Tu legado quedará también en las innumerables obras, proyectos y sueños alcanzados que seguirán contribuyendo al desarrollo de nuestro Archipiélago.
«La familia lo es todo» sentenciaste una vez en una olvidada taberna en Boston y así lo demostraste a lo largo de toda tu vida. Trabajador como pocos he conocido, no quisiste jamás, incluir el significado del conformismo a tu estructura mental. Hecho a ti mismo, rompiste moldes y esquemas, fuiste pionero, líder y visionario. Hombre de palabra férrea e inquebrantable mi querido Félix, fuiste siempre una figura resiliente ante la adversidad y un hombre que, sobre todo, fue un modelo a seguir y ejemplo de emprendedor eterno. Trabajador infatigable, perseverante y obsesionado con aportar siempre a la sociedad, mucho más de lo que habías recibido de ella.
Representaste a toda una generación de empresarios que contribuyeron con su esfuerzo, sacrificio y pasión, a que Canarias sea lo que es hoy. Los ciudadanos de Gran Canaria y particularmente los del norte de la isla, tenemos una inmensa deuda contigo. Tu legado y las grandes contribuciones que hiciste a las islas Canarias, no solo cambiaron la vida de muchísimas personas, sino que sentaron las bases para que las futuras generaciones puedan vivir mejor.
Gracias y hasta siempre amigo.
