Se podría decir que nuestra gestión pública funciona, lo cual es bastante discutible, pero lo que es indudable es que tiene un alto coste.
Si, como se supone, las entidades públicas acuden a las empresas privadas para aprovisionarse, la diversidad de las propuestas debería servir para abaratar el producto que demanda, pero ese hipotético mercado libre es fácil de manipular.
Uno de los procedimientos más utilizados actualmente es el de buscar el modo de burocratizarlo todo a límites de maraña laberíntica, con lo cual se consiguen eternizar diligencias que podrían ser relativamente sencillas, hasta convertirlas en verdaderos culebrones interminables que solo unos pocos empresarios aviesos se pueden permitir.
Pero no hay nada más disuasivo que la burocracia, un método que funciona a modo de “selección natural”. También por la lentitud fue que Mafalda, el genial personaje de Quino, le puso “Burocracia” a su tortuga.
Muchos promotores de nuestras islas se han visto arrastrados a la ruina al no poder mantener en activo a una plantilla de trabajadores profesionales, mientras que otros tratando de rebajar costos, contrataron a aficionados que luego no pudieron justificar legalmente sus facturas de gasto.
Me pregunto, Gregorio, el porqué en los últimos años la mayoría de las sociedades recreativas de pueblos y ciudades ha prácticamente desaparecido, como la sociedad La Fraternidad o el Casino La Unión de Telde, que está pasando por una grave crisis, lo mismo que ocurre en Las Palmas con El Círculo Mercantil o el Club Natación Metropole.
Desde siempre, todas estas instituciones han recibido apoyo económico por parte del Cabildo de Gran Canaria. No se trata en ningún caso de mantener a una asociación privada, sino de colaborar en lo posible en un proyecto de ciudad que compartimos.
Hace pocas semanas nos daban la noticia de que La Unión Deportiva Las Palmas recibirá del Cabildo de Gran Canaria la cantidad de 500.000 euros para la próxima temporada, como patrocinador de los partidos que se juegan en casa. Dicha cantidad se suma a los 1,6 millones que ya le proporciona esta institución cada temporada por ser el sponsor principal del club, y me parece bien, Gregorio, porque nuestra isla se verá así promocionada por nuestro equipo más representativo a nivel nacional e internacional.
Pero, al mismo tiempo, habría que considerar, dado que se trata de dinero público, la posibilidad de que los grancanarios pudiésemos ver los partidos en abierto. Es decir, que no tuviéramos que volver a pagar por ver jugar a un equipo de futbol que ayudamos entre todos, nos guste o no nos guste el futbol.
Lo mismo pasa con la cultura, que, si las galerías de arte privadas están abiertas al público y se pueden visitar de forma gratuita, forman parte de la propuesta cultural de la ciudad y hay que respaldarlas públicamente.
Es cuestión de compatibilizar lo público y lo privado, Gregorio. Sobre todo, si aspiramos a ser Capital Cultural.
Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.
