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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Mitin del aniversario

Estaba convencido de que no se atreverían, pero lo han hecho. Ayer domingo, el mismo día en el que fue frustrada por la Delegación del Gobierno una manifestación de protesta de los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla, Ángel Víctor Torres se montó otro pequeño mitin en La Palma en la víspera del aniversario del primer rugido del Tajogaite, acompañado de dos ministros, Félix Bolaños y Diana Morant. En realidad esta indecente puesta en escena, otra ocasión para el onanismo triunfal del Ejecutivo, es lo que explica que Anselmo Pestana prohibiera la manifestación de los desalojados de Puerto Naos. Quedaba un poco raro que Torres charloteara sobre una prodigiosa gestión de la catástrofe mientras varios centenares de vecinos estuvieran expresando su hartazgo y su rechazo ante esa gestión.

El presidente canario no ha perdonado ni el primer aniversario del volcán para seguir con su campaña propagandística. Al contrario: ha pretendido capitalizar la efemérides. Se ha convertido él mismo en un volcán que no arroja lavas ni cenizas, sino cifras y éxitos. Me he cansado de decir (como otros muchos) que el Gobierno canario reaccionó rápida y adecuadamente en la primera etapa de la situación de grave emergencia que sufrió La Palma durante el periodo eruptivo. Pero una cosa es atender una emergencia y otra diseñar una estrategia consensuada, coordinada y eficaz para la reconstrucción de la isla y una redefinición (indispensable) de su modelo de crecimiento económico. En medio –en la etapa de la rehabilitación y reposición de infraestructuras -- el gabinete de Torres también está fallando. Sin duda representa un éxito poder dotar de riego a las plataneras que se han salvado o construir una carretera de seis kilómetros sobre coladas para reconectar el sur con Los Llanos de Aridane. Pero no hay ningún motivo ya no para el triunfalismo, sino para esa grotesca y untuosa satisfacción que exudan los cargos públicos socialistas. La recuperación de la vivienda está sufriendo retrasos incomprensibles. Más de 200 palmeros siguen instalados en hoteles. A los que han conseguido un apartamento de alquiler solo se las abona un 50% del mismo. Se han entregado 60.000 ridículos euros – menos de lo que ha ganado en el último año cualquier director general del Gobierno autónomo – por vivienda destrozada. Los ayuntamientos afectados pasan por una complicada situación financiera y en algún caso –como en el de Los Llanos – no ha entrado un céntimo de ayuda estatal. Puerto Naos y la Bombilla son localidades fantasmales por la emanación de gases tóxicos, pero como viviendas y establecimientos no han sido destruido por la lava y el fuego, los agonizantes propietarios ni pueden volver a ellos ni cobrar seguros ni optar a indemnizaciones. Y no, no son las únicas torpezas, ninguneos y disfunciones de la gestión gubernamental, que fulmina cualquier crítica exigiendo unidad entre las administraciones, es decir, un silencio cómplice y torticero. El faraónico Plan de Empleo aprobado en los despachos pos los pestanas para mayor gloria marketinera se parece demasiado a una estratagema clientelar que entorpece la recuperación empresarial de la isla y su muy comprometido dinamismo económico.

Lo de ayer en La Palma no fue un acto institucional, sino político y electoral, con apelaciones directas al PSOE, «el partido que más se parece a la gente», como dijo Diana Moranty, quien al parecer de gente sabe un rato largo. Torres la invitó para anunciar que el Centro Nacional de Vulcanología «le toca a Canarias». Qué encanto. Como una tómbola en la que hemos salido agraciados por nuestra simpatía, nuestro clima o nuestro parecido con la señora Moranty. Ellos – Torres, Pestana, Bolaños, Moranty- sí que se parecen los unos a los otros, pero no diré a qué sin un abogado al lado.

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