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Javier Durán

Reseteando

Javier Durán

Feijóo se reúne con uno más del montón

El líder del PP tuvo un encuentro en secreto con el toro de Vox, Abascal. Es curioso, pero mientras el voto al fascismo (dejémonos de blandenguerías) se hace cada vez más estentóreo, más discretas son las reuniones para conformar una futura gobernabilidad. Los populares no quieren que se sepa lo que le pide la ultraderecha, que será casi lo mismo que tiene Meloni en cartera en Italia: ley de hierro contra la migración y caza de brujas contra los LGTBI, por ejemplo. Un conciábulo ocultista dispara, cómo no, la imaginación, el morbo sobre el material inflamable que está sulfurando. El aparato de Génova, para jugar al despiste, diluyó el tema con la noticia de que también se había reunido con Yolanda Díaz, todo lo contrario a Vox. Se quedaron cortos: hubiese sido mejor con una célula maoísta que todavía sobrevive y que está en contra del uso de los ordenadores, aunque suene extraño. No creo que entre la planimetría del PP se encuentre la idea de un futuro pacto con la izquierda, que subusma los apoyos ahora mismo vigentes con la ultraderecha en autonomías varias. Filtrado el secreto, los fontaneros esparcieron la especie de que forma parte de la normalidad probar todo tipo de aceitunas, y que Vox es una de ellas. Los maoístas también. Hay expectación por ver si las próximas reuniones entre Feijóo y Abascal se van a a celebrar en la buhardilla de un burdel de Montera, o en el cuarto de pileta de Matilde, a la que le pagaran el doble de su subsidio por acoger el vis a vis. O puede ser todo lo contrario: que de aquí al sueño de Moncloa verse con Vox sea tan normal como la llamada que le acaba de hacer por teléfono Abascal a Putin. Y Feijóo tan risueño. ¿Va a ponerse este buen gallego un cinturón sanitario o no contra un programa que remueve el orden constitucional? Una reunión secreta con el líder de Vox no es una buena razón para creer que vaya a ser así. Su agenda, para explicitar el amplio espectro de sus intereses, le asigna 15 minutos con los maoístas, aperitivo previo para asistir a una conferencia con la masonería. Vox es uno más del montón.

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