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OPINIÓN

Entre 15 y 20 canarios se podrán trasplantar de pulmón en las islas. Sobran razones

Si analizamos las razones por las que implantar el trasplante de pulmón (TP) en Canarias, la primera es cumplir con el principio de equidad que inspira al sistema público de salud. El proceso, imparable, supone una oportunidad de innovación y avance científico para Canarias. Sólo aquellos servicios de salud con centros altamente especializados pueden apostar por realizar técnicas complejas como los trasplantes y el Servicio Canario de la Salud ya se encuentra en esa órbita que cerraría el círculo de la realización de todos los trasplantes sólidos posibles en nuestra comunidad.

Esta realidad nos obligaba moral y profesionalmente a asumir el reto y revertir la situación. Era posible. Con coordinadores de trasplantes en todas las islas muy comprometidos y equipos multidisciplinares altamente cualificados se fueron abriendo caminos hasta plantear a la ONT nuestros propósitos: en 2018 para el de corazón y, de nuevo, en 2021 con el de Pulmón. Ni la pandemia de la covid-19 ha sido un hándicap para esta apuesta de Gobierno regional.

Los cuatro hospitales universitarios de las islas capitalinas son referentes regionales para la realización de alguna de las modalidades de trasplante de órganos: riñón, páncreas, renopáncreas, hígado, corazón y, desde el próximo año, el de pulmón; el HUC, La Candelaria, el Insular y el Negrín están en un avance continuo en las técnicas más novedosas para garantizar el éxito de un trasplante y realizan un trabajo difícil, a la vez que ejemplar, en la captación de donantes.

Es evidente que estos avances, muy destacables en los últimos cuatro años, son un aliciente para los profesionales pero no podemos olvidar que son posibles gracias a los donantes y a sus familiares que, con su generosidad, hacen posible que otra persona pueda recibir un trasplante y mejorar su calidad de vida. Representa no obstante, una ventaja incalculable para los pacientes, tanto desde el punto de vista sanitario como personal, familiar y socioeconómico; no hay más que pensar que para recibir un trasplante de corazón, hasta hace cuatro años, los pacientes debían trasladarse a la Península, frecuentemente durante un año y medio, hasta encontrar un órgano compatible y trasplantarse.

Este contratiempo provocaba que muchos pacientes optaran por tratamientos más conservadores en las islas perdiendo oportunidades de mejoría o de curación. Sin embargo, disponer de un programa de trasplante de corazón en Canarias ha facilitado que el número de canarios incluidos en lista de espera para ser trasplantados se haya incrementado un 120% con un tiempo medio, hasta que son trasplantados, de 55 días. Esta es otra de las razones que impulsa el TP en las islas.

El trasplante de pulmón puede suponer la última oportunidad efectiva de tratamiento para determinados pacientes con enfermedad pulmonar terminal. Los datos del último año prepandemia en España demuestran un incremento de la actividad, alcanzando los 419 trasplantes, de los que 15 eran canarios. Alcanzar la tasa nacional media para los pacientes canarios habría supuesto realizar 19 procedimientos, un 26% más de los realizados.

El territorio insular, la lejanía y no contar en Canarias con un programa de trasplante pulmonar puede estar marcando esas diferencias. Identificar por qué la población canaria podría tener menor, o al menos no la mejor de las oportunidades de acceder a una terapéutica determinada, es lo que ha llevado a la Consejería de Sanidad y, por ende, al Servicio Canario de la Salud a solucionar un posible problema de inequidad. Resulta, comprensible suponer que estas dificultades se solventen disponiendo de un programa local.

Puesto en marcha el programa de TP en Canarias, alcanzando las últimas tasas por millón de población pre-pandemia en España, se trasplantarían de pulmón entre 15 y 20 canarios anualmente. Aspirando a obtener resultados semejantes a otras comunidades con programas en su territorio, como Galicia, y a lo demostrado con el programa de trasplante cardíaco que registra, en menos de tres años, casi 50 trasplantes, probablemente entre 20 y 25 canarios se trasplantarán de pulmón en unos años.

Otra razón que subyace es que, a pesar de la solidaridad de los canarios que nos sitúa entre las mejores comunidades en tasas de donación, nuestra lejanía geográfica dificulta la aceptación de pulmones en Península. Esta situación podrá cambiar, tal como ha sucedido con el trasplante cardiaco que ha incrementado un 190% el número de corazones donados desde su puesta en marcha. Por tanto, es fácil concluir que algo semejante ocurrirá con el TP, lo que permitirá diseñar un modelo casi autosuficiente.

En nuestra mano está transformar esos condicionantes de clara inequidad en oportunidades de una mayor resolutividad y calidad asistencial. Es el momento de ofertar en Canarias el TP, en un futuro extensivo al cardiopulmonar, más infrecuente. Disponemos de una red hospitalaria coordinada y robusta para dar el paso entre todos.

Los profesionales del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, motivados para afrontar el reto, adquieren ahora la formación necesaria y desarrollarán un trabajo en equipo eficaz no sólo entre la Coordinación de Trasplantes y los servicios de Cirugía Torácica, Neumología, Radiología, Microbiología, Inmunología, Anatomía Patológica, Hematología, Rehabilitación, Hospitalización domiciliaria, Anestesia y Medicina Intensiva, sino también con el resto de hospitales del SCS. No en vano, suman la trayectoria exitosa de los programas regionales de trasplante de progenitores hematopoyéticos alogénicos y del cardíaco.

En este punto resulta obligado agradecer a los profesionales de los hospitales trasplantadores de la Península, especialmente al Puerta de Hierro y al 12 de Octubre, su buen hacer con los pacientes canarios trasplantados en sus hospitales.

Igualmente, debemos reconocer el esfuerzo de los profesionales del SCS que afrontan este reto en un tiempo de pandemia sin igual. Estoy seguro que, con el apoyo del SCS, van a garantizar los mejores resultados a los pacientes de cualquier isla, sin que tengan que abandonar aquello que quieren y en lo que creen, aquello a lo que se aferra cualquier ser humano en dicha situación, a la esperanza de tener la oportunidad de vivir con dignidad, lejos de la enfermedad y, además, en su tierra.

Seguimos.

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