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Guacimara Medina

Reflexión

Guacimara Medina

Una herramienta de conocimiento

Con casi medio siglo de trayectoria, y cuarenta y seis años de celebración ininterrumpida, celebramos, en la Casa de Colón del tres al seis de octubre, la vigésimo quinta edición del Coloquio de Historia Canario Americana.

Con el lema Canarias y el Atlántico. Estado de la cuestión, esta edición de plata mantiene la estructura tradicional del Coloquio con las secciones habituales de Arqueología, Historia del Arte y Patrimonio, Geografía y Organización Territorial, Historia Económica, Historia Política, Historia Social, Migraciones, Mujeres e Historia, Religiones y Multiculturalismo, pero no seguirá por los mismos senderos que inició en el año 1976.

Serán 253 las y los investigadores y especialistas que defenderán las 213 propuestas aceptadas procedentes de más de 20 países diferentes y 40 instituciones. Estos son los datos.

Lo que Rumeu de Armas o el filólogo Juan Manuel García Ramos definieron en su día como «imaginario atlántico» en esa mirada de identidad cambiante, es lo que pretende revisar, o al menos discutir, este foro de debate.

Lo que antes se percibía como periferia, en textos institucionales europeos «ultraperiferia», reclama hoy una centralidad atlántica, con discurso propio y presencia, antes excluida, y nunca excluyente.

Es evidente que estamos en márgenes fronterizos geográficos, siempre delicados, siempre sensibles a los cambios, pero eso nos ha permitido estar siempre en los márgenes fronterizos de la permeabilidad cultural, manteniendo rasgos comunes, nutriéndonos de rasgos diferenciales.

Esas entidades insulares, macaronésicas, africanas o caribeñas, que fueron entonces más «paternalizadas», embrionarias de muchas liberaciones políticas, coloniales, geográficas, artísticas y casi existenciales, no son las mismas. Ahora estas particularidades isleñas nuestras, la de otros y la de todos, habituadas y familiarizadas con las travesías, con el tránsito de personas, con la difusión y disfrute de las culturas, entienden de estrategias de sostenibilidad, de cambio climático y de territorio, comprenden su vigor, intuyen las transformaciones y las dimensionan en su espacio insular con una perspectiva siempre universal, porque nuestra arquitectura insular no es otra cosa que paisaje universal.

Y para ejemplificar esta intencionalidad crítica el Comité Científico, compuesto por académicas y académicos de nuestras dos universidades públicas canarias, presenta en su conferencia inaugural al doctor Godfrey Baldacchino, sociólogo maltés y canadiense, copresidente de la UNESCO en Estudios Insulares y Sostenibilidad, con una ponencia titulada De las islas del mundo a un mundo de islas; y propone para la clausura a la doctora Sandra Lorenzano, narradora, poeta y ensayista mexicana de origen argentino, de la Universidad Nacional Autónoma de México con la conferencia titulada Mujeres que cuentan, mujeres que escuchan. Las voces migrantes de la crónica en el México de hoy.

Como expuse en el inicio de este artículo, el sendero del Coloquio de Historia Canario Americana lo marcan la modernidad y la actualización de su mirada, y estas dos ponencias marco, de un lado y otro del Atlántico, que abren y cierran este congreso y que hablan de insularidad, territorio, sostenibilidad y mujer, son un ejemplo evidente de esta intención.

Cualquier encuentro de debate es una herramienta de conocimiento. Y si el Coloquio se ha convertido en principal foro de debate sobre la historia de Canarias en América, tiene como responsabilidad última seguir acercando a la sociedad canaria la revisión científica e histórica de su pasado y de su futuro. Si no fuera así, nada de estos 46 años habrá merecido la pena.

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