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Alfonso González Jerez

Retiro lo escrito

Alfonso González Jerez

Sin favoritismos

Fíjense si le presto poca atención a estos especímenes que me enteré por las redes sociales de la decisión benemérita del concejal de Urbanismo de La Laguna, Santiago Pérez, de paralizar el cumplimiento de las sanciones impuestas por su Gerencia al alcalde de la localidad por obras realizadas sin autorización en su domicilio. Como de inmediato circularon críticas y burlas muy razonables en seguida salió el concejal para desmentir cualquier maldad al respecto: «no ha habido trato de favor». Santiago Pérez ha recuperado tanto su juvenil impulso marxista que nos pregunta a los ciudadanos si lo vamos a creer en él o a nuestros propios ojos. Como ya la desvergüenza no es un accidente, sino un estado de ánimo, una actitud cotidiana plenamente normalizada, esa diminuta agrupación de electores que montó Pérez para presentarse de nuevo a las elecciones en 2019, Avante, remite un comunicado para repetir la triste mendrugada del concejal. Servilismo paniaguado.

De nuevo me pregunta alguien si Santiago Pérez no incurre en una incompatibilidad al militar simultáneamente en el PSOE y en Avante. Pues no. Lo que reglamentariamente no permite el PSOE (ni ningún partido) es que se milite simultáneamente en otra organización partidista. Pero jurídicamente Avante no es un partido, sino una agrupación de electores. Así lo decidió Pérez por dos motivos. Primero, el económico: montar un partido es más difícil y más caro. Segundo, el estratégico: con una agrupación de electores podía sacar de nuevo dos o tres concejales y al mismo tiempo tener las manos libres para cualquier compromiso personal si los socialistas – con su concurso y el de Podemos – llegaban al poder en el ayuntamiento. Le salió muy bien la jugada. Es una pena que desde hace ya bastantes años Pérez no dedique su inteligencia y su astucia a otras cosas que a sobrevivir y prosperar políticamente, a alimentar su leyenda heroica y a amenazar con denuestos, campañas de descrédito y acciones judiciales a cualquiera que se atreva a analizar su biografía política o criticar su gestión pública. Desde el verano de 2019 Avante no es otra cosa que una carcasa que ha servido como pretexto para acomodar en el ayuntamiento a los compañeros de Pérez de los últimos años. Nada más. Ni es un proyecto político, ni tiene implantación en los pueblos y barrios laguneros, ni ha contado jamás con un programa con voluntad de cumplimiento. Anunciaron, por ejemplo, que Pérez sacaría adelante un PGO «austero y sostenible» o algo así. Al cabo de un año el concejal (y senador) abandonó el PGO y se ha dedicado a sestear en su particular Monte Olimpo. Recostado en lo más alto, de vez en cuando se le escapa algún trueno o envía algún rayo para fulminar a los disidentes.

No, no es sorprendente la decisión de paralizar la sanción de Gerencia de Urbanismo al alcalde Luis Yeray Gutiérrez. Ni siquiera resulta sorprendente que esta pequeña sinvergüencería – una más – sea revestida por el concejal con un discurso moralizante. Es otro destello de la hemiplejia moral que aqueja a Pérez desde hace lustros. Richard Nixon proclamó famosamente que si el presidente de Estados Unidos hacía algo, eso era automáticamente legal. Si Santiago Pérez hace algo no es solamente legal, sino también moramente enaltecedor, ejemplar, admirable. Quienes no compartan esta evidencia, obviamente, son de Coalición Canaria, o deberían serlo, o podrían serlo. Para los santiagopérez de cualquier izquierda CC es como el franquismo para la izquierda española: un recurso que utilizarán durante décadas para ocultar sus torpezas y negligencias. Nada sustancial han hecho durante más de tres años. Pero no son de CC. Ese es su principal valor. Lo único en lo que insisten. Todo su bagaje. No parece una gran cosa. Porque no lo es.

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